Las autoridades en Guatemala han resistido los esfuerzos de miembros de una secta judía para recuperar a 160 niños rescatados de sus instalaciones. Los niños fueron llevados a cuidado el viernes cuando la policía allanó una granja utilizada por el movimiento Lev Tahor, el cual está siendo investigado en varios países por graves delitos sexuales. El Ministro del Interior, Francisco Jiménez, dijo que presuntamente estaban siendo abusados por un miembro de la secta. Sin embargo, el domingo, los miembros de la secta irrumpieron en un centro de cuidado donde estaban siendo retenidos en un intento por recuperarlos, lo que llevó a enfrentamientos con la policía. La secta Lev Tahor es conocida por prácticas extremistas y por imponer un régimen estricto a sus seguidores. Aboga por matrimonios infantiles, impone castigos severos incluso por transgresiones menores y requiere que las mujeres y niñas, incluso de tan solo tres años, se cubran completamente con túnicas. La secta acusa a las autoridades guatemaltecas de persecución religiosa. La comunidad se estableció en México y Guatemala entre 2014 y 2017. En 2022, miembros de la secta fueron arrestados en una operación policial en el estado mexicano de Chiapas, pero luego fueron liberados por falta de pruebas. Los eventos comenzaron cuando la policía allanó la granja de la secta en Oratorio, al sureste de la Ciudad de Guatemala, el viernes, llevando a los niños a cuidado. Los fiscales dijeron que existían sospechas de “embarazos forzados, maltrato a menores y violación”. Pero dos días después, alrededor de 100 familiares de los niños, todos miembros de la secta, se reunieron afuera del centro donde estaban retenidos para pedir su regreso. Algunos miembros de la secta luego forzaron la puerta e intentaron secuestrar a los niños y adolescentes refugiados allí, dijo la Fiscalía General. Pero las autoridades interceptaron a los niños y los pusieron en una minivan blanca, informaron los medios locales. Con ayuda policial, el centro “logró localizar y proteger nuevamente a todos”, agregó la Fiscalía General. Las autoridades habían intentado previamente verificar el bienestar de los niños, pero fueron impedidas de entrar a la granja por los miembros de la secta. Las autoridades estiman que la comunidad está compuesta por unas 50 familias que residen en Guatemala, Estados Unidos, Canadá y otros países. La Comunidad Judía de Guatemala emitió un comunicado desvinculándose de la secta, describiéndola como ajena a su propia organización. Expresó su apoyo a las autoridades guatemaltecas en la realización de las investigaciones necesarias “para proteger la vida y la integridad de los menores y otros grupos vulnerables que puedan estar en riesgo”.