“
Lothar Bünde tiene 64 años. Ha vivido en una cueva en el torrente de Ses Mosques en Cala Blava (Llucmajor) durante unos veinte años. Sus días son bastante similares. Se dirige a un supermercado Eroski con una silla y se sienta afuera con una taza, esperando algunas monedas. Cuando tiene suficiente, compra una botella grande de cerveza Aurum, su marca preferida.
“Vivo solo en la cueva. No tengo esposa ni nada”. Está contento con esta forma de vida y no ha considerado ninguna otra opción. Ni siquiera recurrir a los servicios sociales. “La policía ha venido algunas veces y me ha dicho que todo está bien siempre y cuando no encienda fuegos”.
Tiene un tatuaje en turco en un antebrazo: “Espero que vuelvas a ser feliz”. Es de hace muchos años. “No quiero nada, no quiero mujeres, solo mis gatos”. Y hay varios en el lugar que él llama hogar. Escucha música en la radio. AC/DC es su banda favorita, Bon Jovi otra. Recita palabras: “Es mi vida. Es ahora o nunca. No voy a vivir para siempre. Solo quiero vivir mientras esté vivo”.
“Me gusta vivir aquí. He estado aquí durante más de 20 años. Soy Lothar Bünde de Alemania, y vine a Mallorca hace más de 20 años. Mi familia en Holanda murió en un accidente de autobús… Ha pasado mucho tiempo”.
Una vez trabajó como pintor en Bahía Grande. No le pagaban mucho, así que renunció. “¿Qué es el trabajo?” Su camiseta esconde una cicatriz de unos 20 centímetros de largo en su estómago. “Me apuñalaron en Bahía Grande. También tengo un tumor”.
La Policía de Llucmajor dice que no causa problemas y que ha sido referido a los servicios sociales en varias ocasiones. Pero Lothar siempre ha rechazado la ayuda. “Me gusta vivir aquí”, repite. “Es mi vida”.