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El lunes, alrededor de sesenta turistas que se alojaban en el este de Mallorca se dirigían a pasar un día en un parque acuático.
Alrededor de las 10 de la mañana, su autobús fue detenido en Felanitx por un control de la Guardia Civil. Las comprobaciones se realizan rutinariamente para asegurarse de que el transporte turístico sea legítimo (no operadores ‘piratas’) y de que los permisos necesarios estén en regla.
En este caso particular, se descubrió que el autobús tenía la tarjeta de transporte emitida por la autoridad regional. Sin embargo, había caducado.
Clasificado como una infracción administrativa muy grave, el autobús fue inmovilizado en el acto. No podía moverse y tampoco lo podían hacer los turistas hasta que finalmente llegó otro autobús de la misma compañía. Su tarjeta estaba en regla.
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