“He believed in democracy and freedom of speech. But that was enough for the regime to see him as a threat,” Paiva said. “He paid the ultimate price for his beliefs, and we continue to seek justice for him and all the other victims of the dictatorship.”
The release of “I’m Still Here” has sparked important conversations in Brazil about the country’s dark past and the lingering effects of the dictatorship. It serves as a reminder that democracy is fragile and must be protected at all costs.
As Marcelo Rubens Paiva continues to fight for justice for his father and all those who suffered under the dictatorship, he hopes that the film and his family’s story will inspire others to never forget the atrocities of the past and to always stand up for democracy and human rights.” A pesar de todo, fue arrebatado de su hogar y, al día siguiente, golpeado hasta la muerte.
La desaparición de Paiva destroza la dicha doméstica retratada en los primeros momentos de la película y prepara el escenario para un drama que es tanto profundamente brasileño como inquietantemente universal.
La banda sonora de la película incluye canciones de compositores legendarios, varios de los cuales fueron encarcelados o forzados al exilio por la dictadura, como Tom Zé y Caetano Veloso. Pero la representación desgarradora de una familia destruida por las fantasías ideológicas impulsadas por un régimen autoritario evoca tragedias similares que continúan desarrollándose, desde Pekín hasta Caracas. “Lo que sucede en China, sucede en Ucrania. Está sucediendo ahora en Venezuela. Sucede en todas partes”, dijo Paiva.
Después de la desaparición forzada de Rubens Paiva, su esposa, interpretada por la actriz y escritora Fernanda Torres, toma el protagonismo, luchando por proteger a sus hijos del horror que ha ocurrido mientras busca respuestas sobre un esposo al que no puede lamentar. La conmovedora interpretación de Torres del dilema de Eunice ha provocado llamados para que se le otorgue el premio Oscar a la mejor actriz en 2025.
Paiva pensaba que el éxito de la película se explicaba en parte por la sed de información sobre la dictadura por parte de los jóvenes brasileños nacidos después de que regresara la democracia. Recordó haber presenciado escenas similares en Alemania a principios de los años 90, cuando las audiencias llenaban los cines para ver La lista de Schindler de Steven Spielberg. “Mis amigos [alemanes] me dijeron: ‘Mis padres no hablaban de esto. Mis abuelos no hablaban de esto’. Era una generación que estaba descubriendo lo que había sucedido en su país”.
Paiva cree que la reelección de Donald Trump, quien ha prometido ser un dictador desde el “día uno” de su presidencia, hizo que la película brasileña fuera aún más relevante. “Creo que la gente tiene miedo. Ahora aún más con Trump”, dijo. “El mundo se ha convertido en algo que pensábamos que ya habíamos dejado atrás”.