Mourners gathered on Tuesday to weep over the bodies of those who lost their lives in the Monday night airstrikes at Al-Aqsa Martyrs hospital in Deir Al-Balah. The night had begun like any other in Gaza, with people awake for their pre-dawn meal during Ramadan. After 50 nights of peace, life in the area had settled into a sense of calm. However, the tranquility was shattered by gunfire, explosions, and people screaming as war planes once again targeted the territory. The airstrikes on Monday night claimed the lives of over 400 individuals, mostly women and children, according to local health authorities. Hospitals were overwhelmed with the injured, many of whom were children. The bombings also resulted in the destruction of residential buildings, leaving families in shock and mourning. The sudden escalation of violence has reignited fear and uncertainty among residents, with memories of past conflicts haunting them. The fragile peace that had briefly held has now been shattered, and the cycle of violence and tragedy continues in Gaza. Reuters No hay nada de lo que se acordó en el alto el fuego.
Otro residente, Mohammed Bdeir, dijo que su hija fue asesinada: su calle fue bombardeada mientras toda la familia dormía.
“[Nos] despertamos repentinamente con el ataque, golpearon a nuestros vecinos… encontramos a esta niña debajo de los escombros, sacamos a su madre y padre de debajo de los escombros.”
Luego encontró el cuerpo de su hija allí también, le dijo a la agencia de noticias AFP.
Reuters
Los palestinos reaccionan en el lugar de un ataque israelí a un edificio en Jabalia, en el norte de Gaza
Al sureste de la Ciudad de Gaza, Ramez Alammarin, de 25 años, describió llevar niños a un hospital.
“Desataron de nuevo el fuego del infierno sobre Gaza”, dijo a la AFP, agregando que “cuerpos y extremidades están en el suelo, y los heridos no pueden encontrar ningún médico que los trate”.
Las autoridades del hospital en Gaza han dicho a la BBC que muchos pacientes que están siendo llevados sufren graves lesiones en la cabeza y sangrado, quemaduras, fracturas.
“Los ataques fueron tan repentinos que el número de personal médico era insuficiente para la magnitud de estos grandes bombardeos”, dijo el Dr. Mohammed Zaqout, Director General de los hospitales de la Franja de Gaza.
Señala que actualmente solo hay siete hospitales capaces de operar en todo el territorio, después de 15 meses de guerra. Y a pesar del alto el fuego, se han permitido pocos suministros médicos en Gaza.
Otro médico describió la situación como catastrófica. Hay una grave escasez de equipo médico y quirúrgico, camas de cuidados intensivos, medicamentos.
“Incluso el personal médico ha quedado completamente agotado después de más de un año y medio de trabajo de emergencia continuo”, dijo el Dr. Muhammad Abu Salmiya.
“Hemos visto a muchas personas heridas perder la vida justo frente a nosotros simplemente porque no hay suministros médicos o ninguna forma posible de brindarles atención”.
Calificó las acciones de Israel al amanecer como una “masacre contra civiles dormidos en la Franja de Gaza”.
Hasta ahora, las admisiones más numerosas han sido en el Hospital Nasser en Khan Yunis, en el sur. La gente llevaba camillas con los heridos al hospital.
También se llevaron cuerpos cubiertos con sábanas blancas a la morgue del hospital. Las familias se estaban reuniendo para los funerales en la calle.
Essam, el padre despertado por su joven hija esta mañana, dice que está rogando a los países mediadores que pongan fin a su sufrimiento.
“No queremos que se reanude la guerra. Buscamos la paz para poder vivir y dormir sin miedo”, dijo a la BBC.