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Holanda planea revisar a los investigadores extranjeros que se unen a los laboratorios universitarios, ante la creciente preocupación por el espionaje académico en toda Europa.
Crédito: Shutterstock, Annet_ka
¿Podría tener un investigador de su universidad una agenda oculta? El gobierno holandés planea implementar una nueva ley que podría ver a miles de académicos extranjeros sometidos a revisión antes de pisar una universidad holandesa, todo con el objetivo de evitar que investigaciones sensibles caigan en manos equivocadas.
La propuesta, ahora abierta a comentarios públicos, se llama Ley de Revisión de Seguridad del Conocimiento. Si se aprueba, se aplicaría a aproximadamente 8,000 investigadores cada año, especialmente aquellos que trabajan en campos relacionados con la ciencia o tecnología de vanguardia. Las revisiones investigarían cosas como trabajos anteriores, educación y antecedentes penales, según el radiodifusor holandés NOS.
Es la señal más reciente de que los países europeos están cada vez más nerviosos por el espionaje académico, especialmente desde lugares como China, Rusia e Irán, que han sido señalados repetidamente por agencias de inteligencia por intentar recopilar investigaciones o influir en instituciones en el extranjero.
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Las universidades europeas enfrentan crecientes preocupaciones sobre el espionaje académico
Esto no es solo un problema holandés. Otros países ya están tomando medidas. En Dinamarca, por ejemplo, las verificaciones de antecedentes de solicitantes de China, Rusia y Corea del Norte llevaron a que se rechazara a un 5-10 por ciento de ellos en la Universidad de Aarhus. ¿La razón? Preocupaciones de seguridad. Las autoridades allí están particularmente alerta de cualquier investigación que pueda ser utilizada con fines militares.
Suecia también está instando a las universidades a ser más cautelosas al asociarse con investigadores internacionales, especialmente en áreas estratégicas. Y en Estonia, un académico ruso que trabajaba en la Universidad de Tartu fue condenado por espionaje y sentenciado a seis años de prisión el año pasado.
¿Qué ha cambiado? Según expertos en seguridad, el espionaje en la academia no se parece a algo sacado de una película de espías. No hay gabardinas ni maletines. Es mucho más silencioso y sutil. Alguien se une a un laboratorio de investigación, gana confianza y lentamente obtiene acceso a ideas innovadoras que podrían tener un gran valor comercial o militar.
Equilibrar la apertura académica con la seguridad de la investigación en Europa
Las universidades europeas siempre se han enorgullecido de ser espacios abiertos para la colaboración, con investigadores de todo el mundo trabajando codo a codo. Pero ahora, esa apertura está siendo puesta a prueba.
“La academia se nutre del intercambio transfronterizo”, dijo la ex Comisaria de la UE Helena Dalli a los eurodiputados en un debate el año pasado. “Pero no podemos permitirnos ser ingenuos”.
El gobierno holandés insiste en que el objetivo no es excluir a nadie, sino asegurarse de que lo que se supone que se comparte permanezca seguro y lo que es sensible se mantenga protegido.
La gran pregunta ahora es: ¿Pueden las universidades seguir siendo acogedoras sin volverse vulnerables? Parece que los Países Bajos creen que ha llegado el momento de trazar esa línea.
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