Pagando las vacaciones a plazos

Según la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística, el 30,4% de los residentes de las Islas Baleares no pueden permitirse al menos una semana de vacaciones fuera de casa.

La encuesta, publicada en mayo, destacó una paradoja para un destino con tanta demanda turística. Se ha sugerido que el número total de turistas este año podría aumentar en otros dos millones, hasta llegar a unos 20 millones. Si la tendencia de los primeros seis meses de 2024 sirve de referencia, esto parece poco probable. El número de turistas de enero a junio aumentó un 8,1%, lo que equivale a un aumento anual de unos 1,4 millones, aproximadamente el mismo aumento total que en 2023.

El INE también encontró que el 36% de los residentes carecían de medios para pagar lo inesperado, como una avería de coche, lo que indica la marcada división en la sociedad balear. Las cifras más recientes de la Agencia Tributaria (2022) apuntaban a que el 28,8% de los contribuyentes tenían ingresos anuales de 12.000 euros o menos.

Aquellos con ingresos mínimos de 600.000 euros al año aumentaron un 40% en 2022. Aunque, hay que admitir que solo había 587, pero colocaron a las Baleares en el segundo puesto de la tabla nacional de ‘super-ricos’.

En cuanto a las vacaciones, la asociación Aviba de agencias de viajes dice que estas son una de las últimas opciones que los ciudadanos de las islas están dispuestos a renunciar. Pero con los precios al alza, pagar las vacaciones ha significado que cada vez más personas lo hacen en cuotas.

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El presidente de la asociación, Pedro Fiol, dice: “Las agencias de viajes cada vez tienen más clientes que optan por pagar en cuotas. El hecho de que gran parte de la población balear trabaje durante la temporada turística les permite planificar sus viajes con antelación. Por lo tanto, en el momento de hacer la reserva, a menudo antes del inicio de la temporada, nos dan un depósito de entre 50 y 100 euros y el resto del viaje se paga cómodamente en cuotas sin que intervenga ninguna entidad financiera”.

Añade que los mallorquines no son muy partidarios de pedir prestado dinero a los bancos, ya que no les gusta tener que seguir pagando por algo una vez que lo han disfrutado. Pedir prestado es más común entre las personas de la península y, especialmente, entre los extranjeros.