“
Los torrentes de Mallorca, tan en el punto de mira una vez más debido a la reciente catástrofe en Valencia, el recuerdo de la tragedia de Sant Llorenç y una discusión política sobre el desarrollo en zonas propensas a inundaciones, son el tema de un documental realizado por el agricultor Pep Cirer y el fotógrafo de Pollensa, Miquel Micer.
Pep gestiona la finca Marjal de Son Fornés en Sa Pobla; es una finca ecológica con métodos tradicionales. Ha vivido toda su vida junto a un torrente (el Búger) y afirma que la percepción negativa que la gente tiene de los torrentes no valora sus beneficios.
Habla sobre las prácticas generalizadas utilizadas para el manejo de torrentes: despejarlos de vegetación y crear muros de hormigón y, en algunos casos, cauces de torrentes. Los políticos confían exclusivamente en estas prácticas que, en realidad, pueden causar lo contrario de lo deseado. La velocidad a la que fluye el agua aumenta cuando no encuentra ningún tipo de obstáculo; las consecuencias pueden ser potencialmente catastróficas.
La comunidad científica lleva décadas advirtiendo sobre esto. Instituciones como el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales los volvió a destacar después de las inundaciones en Valencia.
La agricultura intensiva, según él, ha sido en parte culpable. Para ganar espacio y producir más, se destruyeron los bosques junto a los torrentes. Las raíces de los árboles habían anclado el suelo, pero los lados de los torrentes se erosionaron. La solución fue utilizar hormigón.
La vegetación puede acumularse y formar presas que terminan desbordándose e inundando áreas circundantes que han sido desarrolladas cada vez más o han perdido su capacidad de filtrar agua debido al tipo de uso agrícola. Algunos despejes pueden ser necesarios, pero son las intervenciones, como las prácticas agrícolas y el hormigón, las verdaderas fuentes del problema.
Se refiere a una forma de ‘ecofobia’, un rechazo a la naturaleza. Se convirtió y sigue siendo una obsesión política. El Gobierno Balear ha triplicado la inversión en el manejo de torrentes, que persiste – en opinión de Pep – en cometer los mismos errores. “Debemos dejar de seguir utilizando las mismas medidas que son inútiles y cuestan tanto dinero.”
“