La Autoridad de Tráfico de la DGT de España ha introducido pruebas más rigurosas para los conductores mayores que renuevan sus licencias de conducir.
Como antes, las renovaciones más frecuentes que incluyen pruebas médicas y de aptitud comienzan a partir de los 65 años, cuando una licencia se extiende por cinco años más en lugar de una década hasta los 65 años.
A partir de los 70 años, las renovaciones se realizan cada dos años.
Los reflejos, la vista, la movilidad y la capacidad de respuesta disminuyen con la edad, lo que puede aumentar el riesgo de accidentes, con un 26% de accidentes mortales en 2022 que involucraron a personas de 65 años en adelante.
Esto a pesar de que este grupo de edad representa solo el 16,5% de los conductores registrados, lo que indica una mayor proporción de accidentes en comparación con otros grupos de edad.
Estas cifras han llevado a la DGT a extender sus pruebas médicas y psicológicas para garantizar que los conductores mayores sigan siendo aptos para conducir.
Estas pruebas medirán la capacidad visual (control de agudeza visual y detección de problemas de visión nocturna), los reflejos y la coordinación motora (pruebas de reacción para evaluar la capacidad de respuesta en situaciones de tráfico) y el estado cognitivo (analizando si hay signos de deterioro cognitivo que puedan afectar la toma de decisiones al volante).
También analizarán problemas cardiovasculares y neurológicos para ver si un conductor sufre de condiciones que puedan poner en riesgo tanto a ellos como a otros conductores.
En otras palabras, si alguien tiene una enfermedad neurodegenerativa o un problema cardiovascular grave, es posible que no se renueve su licencia de conducir.
Las pruebas seguirán llevándose a cabo como antes en centros médicos aprobados por la DGT.
Si hay un problema, la DGT tiene el poder de rechazar totalmente una renovación, o de emitir licencias limitadas que pueden restringir al titular a conducir solo durante el día y prohibir el uso de autopistas principales.
También puede ser necesario realizar pruebas médicas con más frecuencia.
Estos cambios han causado cierta controversia sobre cómo equilibrar la seguridad vial con la movilidad para las personas mayores.