El papel de la monarquía noruega es principalmente ceremonial, pero a la edad de 87 años y habiendo sufrido enfermedades, el futuro del rey Harald V ha sido recientemente objeto de escrutinio, aunque él ha prometido no abdicar.
Su heredero directo es su hijo, el príncipe heredero Haakon, y en caso de que el rey abandone el país o se vea confinado debido a alguna enfermedad, Haakon puede asumir como regente.
Desde 1905, solo ha habido un heredero que ha alcanzado la edad adecuada, pero ahora, la princesa Ingrid Alexandra también podría ser considerada como una regente aceptable, aunque la constitución no lo permite.
En caso de que el regente también esté fuera del país o indisponible, entonces un miembro del Gobierno noruego asume el control nominal.
Trabajando en el concepto de que dos cabezas piensan mejor que una, por lo tanto, miembros de diferentes partidos en el Parlamento noruego (Storting) desean enmendar la constitución para permitir dos regentes calificados por edad.
Si esto se lleva a cabo, entonces, cuando Haakon se convierta en monarca, su hijo menor, el príncipe Sverre Magnus, podría asumir el segundo papel de regente una vez que alcance la edad apropiada.
Aunque el apoyo público a la monarquía parece haber disminuido en los últimos dos años, es poco probable que el Partido Rojo anti-monarquía, que desea abolir por completo la monarquía, tenga éxito en sus objetivos que planea reavivar en la última sesión del Storting.