Cuando el ‘Examiner’ llevaba mucho más que noticias!
Escribimos en un YCBS anterior sobre la feliz parte que los cómics como el ‘Beano’ y el ‘Dandy’ jugaron en la mayoría de nuestras vidas jóvenes. Mi tía Betty, que vivía en Londres con su esposo, JB y su hijo, Sean; solía enviarnos los cómics. Pero había más en este transporte de cómics de lo que parecía a simple vista: había un lado oscuro, al cual llegaremos en un momento.
Un detalle a tener en cuenta en esta historia es que mi mayor activo en el patio de recreo de la escuela de Johnstown era el hecho de que era un intermediario de cómics… donde intercambiaba y prestaba el ‘Beano’ y el ‘Dandy’ con amigos, así como para apaciguar enemigos. Nada es sencillo, y el inconveniente de ser un comerciante ilegal en Johnstown, era el hecho de que el Maestro Lawlor odiaba los cómics con pasión. “Promoviendo la violencia y la venganza, y ajeno a nuestra cultura”, decía nuestro profesor. ¡La propaganda alienígena ofensiva sería confiscada y yo estaría en el libro de malas acciones por un día!
Ahora, si tan solo el Maestro supiera el origen de los cómics inocentes o no y cómo habrían sido contaminados en tránsito. Aquí es donde revelamos la trama oscura…
Los cómics serían claramente identificables cuando el cartero, Joe Masterson, se detenía en nuestra puerta. Pero lo que nadie excepto el remitente y el destinatario sabían, era que enrollado dentro de esos dos cómics; ¡estaba el periódico prohibido; ‘The News of the World’! Este periódico en ese momento trataba casi exclusivamente con escándalos, asuntos, casos de adulterio y esa palabra que no se podía mencionar en Irlanda; … ‘suena como’ … lo que viene entre 5 y 7!
El ‘trapo podrido’ como lo llamaba mi padre; (¡a pesar de que era el único periódico nacional que leía!) sería cuidadosamente ocultado por Mamá de nosotros, los niños… entre los momentos en que era buscado por amigos y vecinos adultos con ideas afines. (¡Sé que el Padre Monks estará horrorizado por esta revelación!) Descubrí su escondite y leí secretamente la ‘porquería’ cuando la costa estaba despejada. ¡Quizás esto es lo que me pasó a mí!
El servicio postal es un sistema de doble sentido; y… oh la vergüenza de ello ahora… pero mis padres también participaron en un acto ilegal en la dirección opuesta. Aquí es donde el ‘Westmeath Examiner’ entra en juego. No… no… nuestro periódico nunca fue como el ‘News of the World’ – limpio como un silbato y con nuestros ‘reporteros de Longford y Meath’; ¡pero permítanme explicar, por favor:
Gran Bretaña fue golpeada duramente por el racionamiento de alimentos durante y después de la guerra. Algunos de ustedes pueden sorprenderse al saber que el racionamiento de alimentos en Inglaterra continuó hasta 1954, y la carne fue el último producto en dejar de estar racionado.
Aparte de la escasez de harina blanca, té, cigarrillos y artículos como neumáticos de bicicleta; estábamos mucho mejor en Irlanda durante este período. Los alimentos no escaseaban, y aquí es donde mis padres podían devolver el favor a la tía Betty por su generosidad de toda la vida hacia mi familia. Enviaban tocino a Inglaterra; pero al igual que con el Maestro Lawlor y el ‘Beano’, ¡estaba en contra de las reglas! La mitad del tiempo, la carne sería confiscada en el camino y ¡nadie sabría nunca quién trajo el tocino a casa! ¡Una Navidad se despachó un jamón entero; disfrazado ingeniosamente por mi madre y completo con una mentira descarada en el Formulario de Declaración Aduanera. El jamón nunca llegó a su destino. ¡Pero tuvimos una tasa de éxito del 4 sobre 6 con el tocino salado!
Éramos ricos en tocino porque matábamos un cerdo gordo cada año. Los lados de tocino se curaban en sal y luego se colgaban del techo. Cualquiera que se criara en el campo amaba el tocino salado, y nadie más que mi tía Betty.
La gente de hoy no puede apreciar completamente la importancia del ‘día del Examiner’ cada semana en esos tiempos. Era nuestro enlace con el gran mundo exterior y cuando mi hermano Willie y yo comenzamos a jugar hurling juvenil y podíamos leer nuestros nombres en nuestro periódico del condado; adquirió un cariño adicional que nunca disminuyó.
A la tía Betty le gustaba el ‘Westmeath Examiner’ tanto como le encantaba el tocino salado. ¿Pueden ver hacia dónde se dirige esto? Sí, mi madre cortaba finas lonchas de tocino de la panceta que colgaba de un gancho. Usando papel manteca, estas lonchas se colocaban cuidadosamente entre las páginas del ‘Examiner’ y se enviaban a; 5 Kensington Park Gardens, Londres, Inglaterra.
Nunca se me ocurrió preguntarle a mi tía cuánto del periódico lograba leer… seguramente para entonces impregnado de sal y grasa. Lo que sí sé es que mi tía Betty y su familia estaban tan emocionados al recibir el ‘Westmeath Examiner’… por lo que había dentro; al igual que mis hermanos y yo estábamos tan alegres de ver los cómics que venían… ¡y por supuesto los depravados adultos por lo que había dentro también!
No lo Olvides
Todo el mundo muere famoso en un pueblo pequeño. (Miranda Lambert)