MALAGA ha anunciado una nueva represión sobre el alojamiento turístico tras una ola de protestas de lugareños hartos.
Titulares de todo el mundo han denominado la nueva política como una ‘prohibición turística’, a pesar de que la ley no tiene un impacto directo en los turistas, ¿qué implica realmente?
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Cualquiera que visite la ciudad de la Costa del Sol puede seguir reservando hoteles, Airbnbs y apartamentos turísticos como antes.
La nueva legislación solo está dirigida a los pisos turísticos que se registraron después del 22 de febrero de 2024 y que no tienen entradas y servicios públicos separados de los de los residentes permanentes.
Se informa que las propiedades afectadas tendrán sus licencias para actuar como alquileres turísticos canceladas.
La medida se aplica a los 43 distritos de la ciudad de Málaga y estará vigente durante al menos los próximos tres años. No afecta al resto de la Costa del Sol, como Marbella o Estepona.
La política, por diseño, afectará más a los usuarios de Airbnb con menos recursos, ya que esencialmente hará que la opción de ‘habitación privada’ sea obsoleta.
La opción de ‘habitación privada’ permite a los propietarios alquilar una de sus habitaciones a turistas, a menudo para ayudar a pagar las facturas.
La medida llega después de masivas protestas en los destinos turísticos más saturados del país, incluyendo Málaga, Tenerife, Barcelona, Mallorca y Sevilla.
Estas ciudades han anunciado sus propias medidas contra las propiedades de estilo Airbnb en los últimos 12 meses.
Barcelona tomó la ruta más drástica, anunciando que prohibirá retroactivamente todos los pisos turísticos para 2028.
Sevilla también ha prohibido nuevos pisos turísticos en su centro histórico y en varios de sus barrios más ‘saturados’.