Las negociaciones para el nuevo convenio colectivo de la industria hotelera de las Islas Baleares comenzaron formalmente el viernes en la sede de la UGT en Palma. Afectando a alrededor de 180,000 trabajadores en los sectores hotelero, restauración y vida nocturna, el secretario general de la federación de Servicios de la UGT, José García Relucio, observó que las dos partes estaban separadas por un “abismo”. Estaban “muy alejados” en cuanto a horas de trabajo, salarios y derechos sociales, y anticipó unas negociaciones “muy difíciles”.
La UGT tiene una representación mayor en el lado sindical y ha adoptado una postura más dura que la CCOO. Están buscando un aumento salarial del 19% en tres años – ocho por ciento este año y luego seis y cinco por ciento – así como una reducción de la semana laboral de 40 a 35 horas. La CCOO no ha especificado un aumento salarial y cree que una reducción a 37.5 horas será más alcanzable.
Este será el decimoséptimo convenio. Nunca antes ha habido un aumento salarial de un solo año de más del cinco por ciento. Los acuerdos suelen ser por cuatro años, algo que la CCOO desea, pero la UGT busca tres años y los empleadores cinco.
En el lado de los empleadores, la Federación Hotelera de Mallorca tiene la mayor representación. Su vicepresidenta, María José Aguiló, se limitó a decir que el acuerdo no ha sido trabajado en profundidad desde 2014. Esperaba que las dos partes se acerquen y encuentren una posición común “basada en una visión holística del acuerdo”. Las propuestas de los empleadores, agregó, incluyen “mejoras en las condiciones laborales y la salud”, así como elementos relacionados con la flexibilidad, la productividad y la mejora de las cualificaciones.
La reunión final para las negociaciones está programada para el 22 de mayo. Sin embargo, García Relucio indicó que si no hay acuerdo para el Día del Trabajo (el 1 de mayo), se convocará una asamblea para considerar protestas. No se descarta tomar medidas industriales más adelante.