If Namibia’s long-standing ruling party has its way, the country will soon see its first female head of state elected this week. However, growing disillusionment with liberation movements in southern Africa, combined with global anti-incumbency sentiment, may pose a threat to this historic milestone. Vice-President Netumbo Nandi-Ndaitwah, the flag-bearer for Swapo, faces challenges from a drop in party support, high unemployment rates, financial troubles, corruption allegations, and inequality issues. Despite these obstacles, she remains a trusted leader with decades of government experience. On the other hand, her main opponent, Panduleni Itula, represents a new political landscape that appeals to younger voters seeking economic change. The competition between these two candidates could lead to an unprecedented second round run-off election, according to political analysts. Mientras en Botswana – justo al este – el Partido Democrático de Botswana, dominante durante casi seis décadas, se estrelló con una derrota humillante a finales del mes pasado. Swapo quiere evitar el mismo destino. El ganador el miércoles será el candidato en quien se pueda confiar más en temas como el desempleo juvenil, la corrupción, la atención médica, la educación y la mejora de la infraestructura, además de poder impulsar la economía. Esto deberá ocurrir sin tener que vender los vastos recursos naturales del país a postores extranjeros, como el gas en alta mar, así como el litio y otros metales esenciales. El IPC de Itula no participó en las elecciones de 2019, pero ha tenido un desempeño sólido en las elecciones locales desde entonces y tiene la apariencia de ser una alternativa política creíble. Ha recibido elogios por la forma en que ha dirigido algunos gobiernos locales. El mayor activo de Nandi-Ndaitwah puede ser que, como afirmó una vez el diplomático namibio Tuliameni Kalomoh, se la ve como “incorruptible, tanto moral como materialmente”.