La Audiencia Provincial de Alicante ha condenado a una mujer acusada de asesinar a tiros a una mujer británica de ochenta años en una casa en Elche a quince años de prisión. La sentencia fue emitida después de que un jurado encontrara a la acusada culpable del asesinato que tuvo lugar el 4 de mayo de 2022.
El hijo joven de la acusada también fue acusado del mismo asesinato, pero no fue juzgado porque falleció en un accidente de tráfico en la AP7 en Campoamor un día antes de la fecha en la que se había programado la audiencia en el juzgado de menores.
La acusada admitió haber cometido el asesinato el día en que comenzó el juicio, pero luego permaneció en silencio durante toda la investigación, invocando su derecho a no declarar. Desde el momento de su arresto, dos días después del asesinato, ha estado en prisión preventiva.
Tras su confesión, la pregunta que quedaba era qué sentencia debía imponerse, descrita por la jueza como un crimen “brutal y despiadado” con “absoluto desprecio por la víctima”, una mujer británica de ochenta años que estaba desprotegida en su hogar. Sin embargo, la jueza, Gracia Serrano, que presidió el jurado, valoró tanto la ausencia de antecedentes penales de la acusada, como la colaboración tardía con la Justicia para aplicar circunstancias atenuantes en su condena.
La jueza optó por la sentencia solicitada por la Fiscalía, que redujo la pena solicitada por el asesinato de 25 a 15 años, teniendo en cuenta la colaboración de la acusada con la Justicia.
El abogado defensor, Joaquín de Lacy, estimó que la reducción debería haber sido mayor, hasta doce años y medio de prisión, ya que sin la confesión de la acusada no habría pruebas para demostrar su culpabilidad, sin embargo la jueza respaldó la petición de la Fiscalía, considerándola la más apropiada dada la gravedad de los hechos.
Los hechos ocurrieron en mayo de 2022 después de que la acusada, una agente inmobiliaria de Alicante, se presentara en la casa de la víctima, una pensionista británica que vivía en la urbanización Torre Azul en la zona de Maitino de Elche y le quitara la vida con tres disparos, uno de ellos en la cabeza a corta distancia.
El motivo del crimen nunca se ha establecido, aunque todo indica que la acusada debía tener algún arreglo inmobiliario con la víctima. La acusada admitió en el juicio que la mató, pero dijo que no sabía por qué lo hizo. Afirmó que perdió la razón, lo que podría haber sido un brote psicótico, aunque nunca se le había diagnosticado ninguna enfermedad mental anteriormente.
La Fiscalía sostiene que hubo premeditación porque en la mañana del crimen la acusada fue a comprar los guantes a una tienda especializada en ropa deportiva y decidió no llevar a su hijo a la escuela, que entonces tenía 16 años, para que la acompañara a la casa donde ocurrieron los hechos. Ambos intentaron limpiar la casa y eliminar evidencias, deshaciéndose de la ropa y guantes que llevaban puestos. El arma homicida era una pistola olímpica registrada a nombre de la acusada, la cual también intentó deshacerse de ella.
Más tarde esa noche prendió fuego al vehículo tras rociarlo con tres bidones de gasolina. Las llamas afectaron a otros ocho coches que estaban estacionados cerca en la zona residencial de la playa de San Juan.
Por este incendio, la acusación pedía otros tres años, aunque lo redujo a tres meses de prisión, teniendo en cuenta tanto la confesión de la acusada como el hecho de que pagó una indemnización al propietario de un coche que no estaba cubierto por un seguro.