Una sofisticada red criminal china involucrada en inmigración ilegal y tráfico de personas con fines de explotación sexual ha sido desmantelada tras una compleja investigación transfronteriza coordinada por Europol. El 17 de diciembre, las fuerzas del orden llevaron a cabo redadas en 14 propiedades en Barcelona (4), Madrid (9) y Toledo (1) en España, y una propiedad en Zagreb, Croacia. Estas operaciones resultaron en 30 detenciones, entre las cuales se encontraban los líderes de la red criminal. Además, se incautaron 180 000 euros en efectivo, armas, 70 pasaportes, equipos para falsificar pasaportes y visas, sustancias narcóticas, 10 vehículos de alta gama y 33 teléfonos móviles. También se protegieron a un total de 33 víctimas, nacionales chinas y vietnamitas.
Esta investigación se basa en el desmantelamiento de la mayor red de prostitución china en Europa en febrero de 2023. Las pruebas digitales incautadas durante esa operación han sido analizadas minuciosamente desde entonces, incluida una sprint forense celebrada en la sede de Europol en marzo de 2023. Durante esta sprint, expertos de nueve países extrajeron decenas de terabytes de datos de cientos de teléfonos móviles confiscados. La nueva inteligencia proporcionó información sin precedentes sobre los métodos utilizados por las redes criminales chinas en Europa, revelando una sofisticada división del trabajo y una dependencia de actores de crimen como servicio.
Dos células, una cadena de explotación
La organización criminal, compuesta principalmente por ciudadanos chinos, obtuvo significativos beneficios de la explotación sexual de mujeres vulnerables. Para maximizar los beneficios, el grupo se involucró en actividades criminales adicionales, incluyendo fraude documental, lavado de dinero y facilitación de la inmigración ilegal.
Las víctimas fueron atraídas a la prostitución en Europa bajo la promesa de ganar altos ingresos en un corto período de tiempo. Sin embargo, al llegar, fueron sometidas a una severa servidumbre por deudas y atrapadas en un ciclo de explotación del cual no podían escapar debido a sus vulnerabilidades y dependencia de los traficantes.
La organización operaba en dos células interconectadas: Célula de reclutamiento y contrabando: Las víctimas eran reclutadas en China a través de “agencias de viaje” donde disfrazaban la explotación presentando oportunidades de prostitución como empleo legítimo en el extranjero. Utilizando el corredor de los Balcanes occidentales, la célula de contrabando coordinaba con facilitadores locales y conductores para transportar ilegalmente a las víctimas a la UE. Se mantenían casas seguras a lo largo de la ruta, con logística gestionada a través de aplicaciones de mensajería instantánea.
Célula de explotación: Una vez en Europa, las víctimas eran inicialmente explotadas en países de entrada. Posteriormente, eran transferidas a España y otros Estados miembros, donde eran forzadas a trabajar en burdeles o instalaciones de corta estancia. Las víctimas eran rotadas entre ciudades y cruzaban fronteras para evadir la detección y satisfacer la creciente demanda de servicios sexuales. La organización mantenía un estricto control sobre todos los aspectos de la vida de las víctimas, tomando el 50% de sus ganancias incluso después de que sus deudas fueran pagadas.
Una red altamente organizada y resiliente
Las operaciones de contrabando eran meticulosamente coordinadas a través de aplicaciones de mensajería instantánea, con facilitadores que gestionaban casas seguras a lo largo de la ruta y proporcionaban instrucciones sobre el transporte de las víctimas. A su llegada, las víctimas eran explotadas inicialmente en países de entrada antes de ser transferidas a España y otros Estados miembros de la UE, donde su explotación continuaba bajo el estricto control del grupo criminal. Las víctimas traficadas por el grupo fueron identificadas en redes de explotación en múltiples países de la UE, destacando la escala y resiliencia de esta red criminal.
La cooperación internacional lleva al éxito
La operación fue liderada por la Policía Nacional de España en estrecha colaboración con la Policía Nacional de Croacia y Europol. La Agencia apoyó a las autoridades nacionales facilitando el intercambio de inteligencia crítica y proporcionando apoyo analítico experto. En el día de la acción, Europol desplegó dos expertos a Madrid y Barcelona, donde trabajaron junto a los investigadores, verificando datos operativos en tiempo real, asistiendo en las operaciones en el terreno y realizando extracciones forenses de los teléfonos móviles utilizados por los sospechosos.
Esta investigación es parte de un amplio grupo operativo en Europol, dedicado a combatir las redes de tráfico humano chinas. Involucrando a 11 países, el grupo operativo se enfoca en desmantelar estos grupos criminales que operan en toda Europa.