Miles de personas salieron a las calles de Catalunya el miércoles para celebrar el día nacional de la región, conocido como La Diada, pero la asistencia total fue la más baja registrada ya que los niveles de apoyo al movimiento independentista parecen disminuir.
Alrededor de 60,000 residentes participaron en manifestaciones nacionalistas en Barcelona, junto con 6,500 en Girona, 3,000 en Lleida, 2,800 en Tarragona y 1,200 en Tortosa.
Sin embargo, la asistencia de este año fue la más baja desde 2012, cuando la Asamblea Nacional Catalana comenzó a organizar manifestaciones anuales a favor de la independencia para coincidir con las celebraciones del 11 de septiembre.
El festival coincide con el aniversario de la caída de Barcelona durante la Guerra de Sucesión Española en 1714, y ha llegado a simbolizar la creencia generalizada de que Catalunya ha sido históricamente oprimida por el resto de España.
Entre 2012 y 2019, las manifestaciones de La Diada fueron asistidas por más de un millón de personas cada año en medio de llamamientos a la independencia catalana, culminando en el referéndum de 2017, que fue considerado ilegal, y una declaración unilateral de independencia que llevó a la disolución del parlamento regional catalán por Mariano Rajoy, el primer ministro español en ese momento.
Desde la pandemia de Covid-19, el movimiento independentista catalán ha estado paralizado en crisis a medida que los votantes se desencantan con un proceso de una década que ha provocado inestabilidad política y económica.
El movimiento también ha sido reprimido por el ascenso de los socialistas en Madrid, quienes han adoptado un enfoque más tolerante hacia la cuestión catalana que la postura inflexible tomada por el conservador Partido Popular (PP).
A principios de este verano, el aliado socialista del presidente del gobierno Pedro Sánchez, Salvador Illa, fue elegido como presidente de la región, convirtiéndose en el primer político pro unidad en asumir el cargo en 14 años.
En un discurso televisado celebrando La Diada, Illa pidió ‘unidad’ y subrayó que el día nacional de Catalunya ‘pertenece a todos los catalanes’, representando un marcado cambio en la retórica de sus predecesores, incluido el líder exiliado de Junts per Catalunya, Carles Puigdemont, quien utilizaba las celebraciones para movilizar apoyo a la independencia.
Según encuestas realizadas por el Centro de Estudios de Opinión, la proporción de residentes que se consideran catalanes ha caído en picado durante la última década.
Entre 2014 y 2024, la proporción de personas que se consideran ‘solo catalanas’ ha caído del 29.1% al 18%.
La caída es más pronunciada entre los jóvenes, donde el sentimiento de identidad catalana ha caído del 29.3% al 11.4%, lo que significa que el grupo de edad de 18 a 24 años tiene el apoyo más débil a la identidad catalana.