Durante meses, las tensiones han estado aumentando en México sobre los amplios planes del presidente para reformar el sistema judicial, tensando los lazos diplomáticos con los Estados Unidos y sacudiendo el sistema político del país. Esta semana, esas tensiones explotaron abiertamente. El presidente Andrés Manuel López Obrador de México dijo el martes que su gobierno estaba “pausando” las relaciones diplomáticas con los Estados Unidos en respuesta a las críticas del embajador estadounidense sobre la cruzada final de su mandato de seis años. “Ojalá haya una declaración de parte de ellos de que van a respetar la independencia de México”, dijo el Sr. López Obrador de los Estados Unidos durante su conferencia de prensa diaria. “Mientras eso no suceda y sigan con esa política, entonces hay una pausa con la embajada.” “‘Pausa’ significa que vamos a tomar un descanso”, agregó, diciendo que también se extendería al Departamento de Estado de los Estados Unidos. Al mismo tiempo, el Sr. López Obrador también dijo que las relaciones entre Estados Unidos y México no se verían afectadas, en un posible intento de calmar las preocupaciones sobre el posible efecto en el comercio. La Embajada de los Estados Unidos en México y la Secretaría de Relaciones Exteriores de México no respondieron de inmediato a una solicitud de comentario. El congelamiento de las relaciones diplomáticas del presidente con los Estados Unidos se produjo después de los comentarios realizados la semana pasada por Ken Salazar, el embajador estadounidense, quien calificó los cambios judiciales propuestos como “un gran riesgo para el funcionamiento de la democracia en México.” El Sr. Salazar afirmó que las medidas podrían amenazar la relación comercial de México con los Estados Unidos al socavar la confianza en el marco legal de México y alentar a los carteles de la droga a “aprovecharse de jueces políticamente motivados e inexpertos.” El nuevo Congreso de México podría comenzar a votar tan pronto como la próxima semana sobre los cambios propuestos por el Sr. López Obrador. Si se aprueban, cambiarían todo el sistema judicial de un sistema de nombramiento basado en gran medida en la formación especializada y las calificaciones a uno en el que prácticamente cualquier persona con un título de abogado y unos pocos años de experiencia podría postularse en elecciones para convertirse en juez. La medida podría potencialmente obligar a más de 5,000 jueces a abandonar sus puestos, desde la Corte Suprema hasta los tribunales de distrito locales. El Sr. López Obrador dice que la reforma es necesaria para prevenir la corrupción y las decisiones que permiten a los traficantes de drogas quedar en libertad. Pero otros, citando la avalancha de ataques del presidente a los jueces que han fallado en contra de algunos de sus planes, dicen que las medidas son un pretexto apenas velado para socavar la independencia judicial y fortalecer el poder del movimiento político nacionalista del Sr. López Obrador. “Este presidente no cree que los jueces tengan la legitimidad para desafiarlo”, dijo Ana Laura Magaloni, una de las principales académicas legales de México. “Nunca ha habido un presidente tan poderoso en su último mes en el cargo”, agregó, señalando cómo la aprobación de los diseños una vez estancados del Sr. López Obrador para el sistema judicial ahora están repentinamente a su alcance.
