However, Maguire warns against assuming that this kind of amateur sleuthing is always helpful or ethical. “There is no Ofcom for podcasters,” she says, highlighting the lack of regulation and oversight in the world of true crime podcasting. “It’s important to remember that while some podcasters may have good intentions, they are not held to the same standards as law enforcement.”
While podcasters may bring a fresh perspective and emotional investment to cold cases, it’s crucial to approach their findings with a critical eye. The rise of true crime podcasts in TV dramas reflects a cultural shift towards questioning traditional authority figures, but it also raises important ethical considerations about who we trust to uncover the truth.
Un portavoz del departamento de policía reconoció, sin embargo, que si bien los detectives aficionados son de ayuda, también pueden ser un obstáculo, afirmando: “Tienes que tomar lo bueno con lo malo; puedes recibir mil piezas de información completamente insanas, pero esa pieza que podría ser la pieza faltante del rompecabezas, es importante”.
Mientras tanto, Bulley desapareció mientras paseaba a su perro por el río en St Michael’s on Wyre, Lancashire, el año pasado. Su cuerpo fue encontrado 23 días después. Se confirmó poco después que una revisión de la investigación se centraría, en parte, en cómo “los detectives aficionados en línea difundiendo teorías conspirativas” se apoderaron mientras los funcionarios buscaban a la madre de dos hijos. Estos casos de alto perfil muestran cómo la desinformación puede propagarse en el mundo no regulado de la criminología. “No hay un Ofcom para los podcasters”, dice Maguire.
Nada de esto sugiere que el drama criminal esté bajo amenaza. Musi y Walsh destacan la demanda “abrumadora” de narrativas policiales por parte de los radiodifusores en el Reino Unido, por ejemplo. Encontrar un equilibrio entre la tradición, los hábitos de la audiencia y los desarrollos de la vida real se está convirtiendo en una tarea complicada. El próximo policía icónico de la televisión como Catherine Cawood o Steve Arnott puede que no sea “algún milenario despierto con un micrófono”, pero es poco probable que pueda jugar siguiendo tantas de las reglas antiguas, tampoco.