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Solo uno de cada tres extranjeros que compraron una vivienda en las Islas Baleares en 2023 eran residentes en la región, lo que significa que la gran mayoría de estas propiedades fueron adquiridas como segunda vivienda. El Informe del Consejo Económico y Social (CES) de las Islas Baleares concluye que la comunidad tiene la tasa más alta de España de transacciones realizadas por no residentes: 25%.
La sección del informe del CES dedicada a la vivienda se basa en datos extraídos del Instituto Nacional de Estadística (INE) que certifican un aumento progresivo en la tasa de compradores no residentes, una tasa que se situaba en un 8,7% en 2007. Los mismos datos indican que el 13% de las compras son realizadas por extranjeros residentes en las islas, lo que eleva la tasa total de operaciones realizadas por compradores extranjeros, ya sean residentes o no, al 38% (seis puntos más alta que las estadísticas de la Asociación de Registradores para ese año). La media nacional es del 19,3%.
El debate sobre la compra de viviendas por parte de extranjeros volvió a surgir la semana pasada, con motivo de las ventas de viviendas a ciudadanos extranjeros relacionados con líderes de Més, un partido que siempre ha defendido la restricción de ventas a no residentes como una forma de paliar la crisis galopante de acceso a la vivienda en las islas.
En estos casos, que afectaron a Jaume Alzamora y Lluís Apesteguia, portavoz parlamentario y coordinador del partido, respectivamente, los políticos zanjaron la controversia en base a la distinción expresa entre extranjeros y no residentes. “La condición de residencia es un elemento clave en el debate”, señaló Apesteguia.
“Siempre hemos hablado de residentes o no residentes. La Unión Europea ya nos ha dicho que estas limitaciones a los no residentes solo pueden ser temporales y estar sujetas a un objetivo”, dijo, añadiendo que “existe la posibilidad” de establecer esta prescripción, “y no entramos en si son extranjeros”.
Por su parte, Alzamora señaló que “Més habla de no residentes, y nunca discriminaríamos a nadie en función de su nacionalidad. Un no residente puede haber nacido en Ariany y pedimos que se limite su capacidad de comprar una vivienda. Igual que si has nacido en Alemania, Estados Unidos o Camerún, tienes todo el derecho de comprar una casa si vives aquí”.
En cualquier caso, los datos del informe del CES certifican la penetración del sector inmobiliario por parte de no residentes (que también pueden proceder de otra comunidad autónoma), quienes cada vez están más interesados en comprar una segunda residencia en las islas. Esto ha sido un factor clave, pero no el único, en el aumento de los precios de la vivienda. El estudio del CES indica un aumento del 4,1 % en los precios en comparación con el año anterior (9,3 % para viviendas de nueva construcción y 3,4 % para viviendas de segunda mano). El índice de precios alcanzó su punto más alto desde 2008. “Esto significa que si en 2015 una persona tenía que pagar 100.000 euros, en 2023 tenía que pagar hasta 163.400”, señala el informe.
El informe confirma el aumento progresivo en el precio de la vivienda que se ha experimentado en la última década y el Profesor de Economía de la Universidad de las Islas Baleares (UIB), Antonio Alcover (uno de los autores del informe), señala que la existencia de “dos mercados diferenciados” – el de vivienda de lujo, por un lado, y el resto de la oferta, por otro – en el sector inmobiliario balear “distorsiona las medias” que se pueden extraer en los diferentes estudios del sector que se realizan. Por esta razón, Alcover está a favor de “profundizar y mirar el mercado de viviendas de una manera diferente porque tenemos dos mercados con dos productos diferentes”. Hacer esta distinción en los estudios, dice, “es algo que muchos miembros del CES, como los sindicatos, nos han estado pidiendo que hagamos”.
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