Marine Le Pen, líder del movimiento político de extrema derecha en ascenso en Francia, fue condenada a una sentencia de prisión no privativa de libertad y se le prohibió postularse en elecciones durante cinco años el lunes, ya que un tribunal la encontró culpable de desviar fondos de la Unión Europea para pagar a los miembros del personal de su partido Reagrupamiento Nacional.
Al dictar la sentencia, el juez dijo que la prohibición de ocupar cargos públicos entraría en vigor de inmediato y que no podrá apelar, lo que significa que Le Pen no podrá postularse para la presidencia de Francia en 2027.
“El tribunal tuvo en cuenta, además del riesgo de reincidencia, la gran perturbación del orden público si una persona ya condenada… fuera candidata en la elección presidencial”, dijo la jueza Benedicte de Perthuis, citada por la agencia de noticias francesa AFP.
De Perthuis también condenó a Le Pen a cuatro años de prisión, pero dijo que parte de su condena se cumpliría con un brazalete electrónico, no en prisión, y que dos años de la sentencia serían suspendidos. También la multó con más de $100,000. Tanto la multa como la sentencia de prisión pueden ser apeladas.
Encuestas recientes han mostrado que Le Pen probablemente habría ganado al menos una primera vuelta en las próximas elecciones nacionales de Francia, aunque no está claro cómo le habría ido en una segunda vuelta contra un candidato más moderado.
Figuras políticas de extrema derecha en toda Europa, incluidos Geert Wilders de los Países Bajos y Matteo Salvini de Italia, condenaron el veredicto el lunes.
En Rusia, mientras tanto, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, afirmó que la condena de Le Pen era una evidencia de que las naciones europeas “están siguiendo el camino de pisotear las normas democráticas”.
“Por supuesto, no queremos interferir en los asuntos internos de Francia, nunca lo hemos hecho, y este es un asunto interno de Francia”, dijo Peskov, “pero en general, nuestras observaciones de las capitales europeas muestran que no dudan en ir más allá de la democracia durante el proceso político”.
Le Pen, de 56 años, obtuvo el 41% de los votos en la última elección presidencial francesa en 2022, y no ha ocultado su deseo de postularse nuevamente para el cargo más alto de la nación.
Sentada en la primera fila del tribunal de París, Le Pen susurró “increíble” mientras el juez detallaba su razonamiento para el veredicto de culpabilidad. Se marchó del tribunal antes de que se anunciaran las sentencias.
Le Pen, junto con ocho miembros actuales o anteriores de su partido, se enfrentaba a hasta 10 años de prisión por los cargos de desvío de fondos. Una docena de personas que se desempeñaron como asistentes parlamentarios para el partido Reagrupamiento Nacional, anteriormente Frente Nacional, también recibieron veredictos de culpabilidad por su papel en el esquema.
El juez dijo que Le Pen y sus colegas no se enriquecieron personalmente, pero calificó el desvío de fondos como “una evasión democrática” que engañó al parlamento francés y a los votantes. Dijo que Le Pen estuvo en el centro de “un sistema” utilizado para desviar dinero de la UE destinado a pagar a asistentes parlamentarios de la UE para pagar al personal del partido entre 2004 y 2016.
Le Pen ha negado cualquier irregularidad, afirmando que los fiscales estaban “solo interesados” en impedirle participar en la elección presidencial. Le dijo al periódico La Tribune Dimanche el domingo, antes de que se dictara el veredicto, que los jueces tenían “el derecho de vida o muerte sobre nuestro movimiento”.
Le Pen puede que no tenga otra opción que ceder las ambiciones presidenciales de su partido a su actual presidente, Jordan Bardella, un joven de 29 años que asumió el liderazgo del Reagrupamiento Nacional en 2021.