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El domingo, el grupo anticapitalista de Manacor Caterva llevó a cabo otra acción contra la superpoblación turística. ‘Cerraron’ accesos a varias calas en Manacor, como Cala Morlanda y Cala Varques.
El grupo insiste en que los turistas no son los culpables, pero son “parte de la maquinaria y, por lo tanto, corresponsables de la situación que sufrimos los residentes”. Los responsables principales son los propietarios de cadenas hoteleras, empresas de construcción y empresas inmobiliarias.
Este cierre simbólico de accesos a calas en Manacor sigue a una acción en julio cuando el grupo quiso registrar el “asco” de muchos mallorquines por la superpoblación en Cala Varques. Se colocaron ‘multas’ de 300 euros en los parabrisas de los coches. Muchos de estos eran coches de alquiler. Las multas eran por “contribuir a la destrucción de Mallorca y condenar a un millón de residentes a vivir precariamente debido a la monocultura turística”.
En agosto del año pasado, Caterva colocó carteles en playas de Manacor, indicando en inglés que no se recomendaba el baño. Uno advertía de “medusas peligrosas”. También había mensajes en catalán; para los hablantes de catalán no había peligro.
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