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Casarse en Mallorca se está volviendo cada vez más popular en todo el mundo. Por ejemplo, en 2023, Hollywood descendió en Mallorca cuando la actriz Joey King y su novio de toda la vida, Steven Piet, se casaron oficialmente durante una ceremonia en Mallorca. La estrella de “Bullet Train” se casó con el director el 2 de septiembre en la Fortalesa de Pollensa, el escenario de “The Night Manager”, después de cuatro años de relación.
Taylor Swift fue solo una de las estrellas que volaron para el evento de tres días. El lugar también ha sido testigo de las bodas de Mafalda de Bulgaria, Rafa Nadal, Gareth Bale, Marcos Llorente y Marco Asensio. Las bodas civiles han ido ganando terreno en las Baleares desde hace algún tiempo y algunos alcaldes ven cómo sus agendas se llenan de fechas de bodas ocupadas, especialmente los viernes y sábados, pero están preparados para un aumento en la demanda.
A partir del 4 de abril, los jueces de paz perderán sus poderes para oficiar bodas y los ayuntamientos fuera de Palma temen que el cambio normativo provoque un nuevo auge. Cada vez más municipios en Mallorca comienzan a cobrar a las parejas. También hay quienes hacen que los no residentes paguen más que los residentes en un intento de disuadir a las parejas que temen la acumulación en el distrito judicial de Palma y recurren a otros municipios.
“Los ayuntamientos están ahí para servir a los ciudadanos y se les servirá siempre que sea posible, pero no podemos compensar los atascos en los registros civiles de los distritos judiciales. Si es necesario, Madrid tiene que proporcionar más recursos.” Esto es lo que dijo hace dos años el alcalde de Alaró, Llorenç Perelló, por qué cobraba a los no residentes hasta 350 euros para casarse, 230 euros más de lo que pagaban los residentes. Incluso entonces advirtió que los precios podrían seguir subiendo si no se detenía la tendencia. Las cifras de Alaró son similares a las de Pollensa y Muro, ambos de los cuales acogieron 41 bodas el año pasado.
Pendiente de lo que suceda después del 4 de abril, todavía hay quienes en Mallorca dan la bienvenida al negocio.
El alcalde de Sa Pobla, Biel Ferragut, ama las bodas. Oficia personalmente tantas bodas como puede y su ayuntamiento no cobra por ello. “Los impuestos que pagamos son suficientes, lo hago con gusto. Si hubiera una avalancha de bodas de fuera, ya veríamos”, dice.
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