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Creo que todos podemos estar de acuerdo en que a nadie, absolutamente a nadie, le gusta otro aumento de impuestos, o peor aún, una nueva oportunidad de separarte (sí, a ti) de tu dinero ‘duro ganado’. Dicho esto, parece que las dos nuevas oportunidades de gravamen que se dice que están en proceso de planificación no deberían tener demasiado impacto en aquellos que viven en la isla. Esto se debe a que me parece que a primera vista los impuestos delineados parecen estar inicialmente dirigidos a los pasajeros de cruceros y a aquellos turistas que buscan alquilar un coche mientras vacacionan en la isla.
Sin embargo, siempre me hace sonreír cuando esos cargos suelen ser descritos como un ‘gravamen’ porque el uso del término ‘IMPUESTO’ está destinado a molestar a aquellos que se espera que lo paguen. Bueno, así es la vida supongo; es solo que tengo vívidos recuerdos de cuando se introdujo por primera vez el llamado Impuesto Turístico hace unos años y aquellos encargados de cobrarlo pensaron que era una buena idea no mencionárselo a los turistas que se les cobraba hasta que les presentaron la factura adicional a su salida del hotel.
De hecho, durante algún tiempo después, varios políticos de todo el espectro político izquierda-derecha afirmaron que a) el gobierno regional nunca recibió realmente todos los fondos – o, b) nunca pudo identificar claramente los proyectos medioambientales a los que se suponía que se destinaba la tributación. Esperemos que esa situación haya mejorado con el tiempo, sin embargo, a veces es mejor ser cauteloso con los llamados esquemas de impuestos nuevos e innovadores.
Sin embargo, con Mallorca bajo una enorme presión debido al aumento de la actividad de cruceros y alquileres de coches llenando las carreteras de la isla de madrugada a anochecer, estos nuevos gravámenes podrían ser extremadamente útiles si se gestionan de manera justa y abierta.
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