Una mujer británica falleció después de ser expuesta al agente neurotóxico Novichok de la era soviética, quedando atrapada sin saberlo en lo que se describió como un “intento de asesinato internacional ilegal y escandaloso”, según una investigación pública.
Dawn Sturgess, de 44 años y madre de tres hijos, murió en julio de 2018 después de rociarse con lo que pensaba que era perfume de una botella desechada que contenía el arma química mortal.
Su muerte ocurrió tras un intento fallido de envenenamiento contra el ex agente doble ruso Sergei Skripal en Salisbury, al suroeste de Inglaterra. El gobierno del Reino Unido ha afirmado que era “muy probable” que Rusia estuviera detrás del complot.
Skripal y su hija Yulia fueron encontrados inconscientes en un banco en Salisbury en marzo de 2018. Sobrevivieron después de recibir tratamiento hospitalario intensivo y ahora viven bajo protección.
Skripal había sido acusado por Rusia de espiar para el MI6 británico y fue encarcelado en 2006, según reportes de la BBC. Posteriormente fue indultado y se le permitió establecerse en el Reino Unido en 2010.
Su esposa, su hijo y su hermano mayor habían fallecido dos años antes del ataque de 2018, informó la BBC. Yulia Skripal había llegado al Reino Unido desde Moscú el día anterior.
Al inicio de las audiencias públicas sobre la muerte de Sturgess en Salisbury, el abogado investigador Andrew O’Connor señaló que el frasco de perfume contenía suficiente Novichok para envenenar a “miles” de personas.
“No es exagerado decir que las circunstancias de la muerte de Dawn Sturgess fueron extraordinarias”, expresó durante la audiencia.
“Cuando la señora Sturgess fue envenenada con Novichok cuatro meses después del envenenamiento de Skripal, surgió la posibilidad real de que hubiera sido atrapada -una víctima inocente- en el fuego cruzado de un ilegal y escandaloso intento de asesinato internacional”, añadió.
Las autoridades del Reino Unido creen que los agentes que tenían como objetivo a los Skripal arrojaron el frasco de perfume, vinculando de manera inseparable ambos casos.
El intento de asesinato de Skripal, a quien el presidente ruso Vladimir Putin había jurado venganza, llevó las relaciones entre Londres y Moscú a un nuevo nivel de tensión.
Gran Bretaña responsabiliza a dos agentes del servicio de seguridad ruso por el ataque con Novichok, quienes supuestamente ingresaron al país con pasaportes falsos.
Putin negó cualquier implicación y los dos acusados aparecieron en la televisión rusa, donde aseguraron haber visitado Salisbury como turistas que querían ver la aguja de la catedral.
Un tercer ciudadano ruso ha sido señalado como autor intelectual de la operación, todos ellos presuntamente miembros de la agencia de inteligencia rusa GRU. Rusia, cuya constitución no permite la extradición, ha negado su participación y ha desestimado la investigación calificándola de “circo”.
“Es muy poco probable que se haga justicia”
Seis años después, las relaciones entre los países, ya afectadas por las acusaciones de que Rusia estaba detrás del envenenamiento por radiación en 2006 del ex agente Alexander Litvinenko, permanecen en un punto muerto.
La investigación sobre Sturgess incluirá sesiones a puerta cerrada para analizar “material privado” e inteligencia relacionada con el caso. Los Skripal no testificarán en persona por motivos de seguridad.
La familia de Sturgess estaba “particularmente preocupada” por si el gobierno del Reino Unido había tomado las medidas adecuadas para proteger a los Skripal y al público en general de daños colaterales, según O’Connor.
Se han emitido órdenes de arresto internacionales para los sospechosos, pero Theresa May, quien era primera ministra en el momento del ataque, advirtió que era poco probable que se hiciera justicia.
La semana pasada, le dijo a la BBC que esperaba que la investigación ayudara a “la familia y los amigos de Dawn Sturgess a sentir que hemos llegado a la verdad”.
Pero “el cierre de todas las personas afectadas solo llegará finalmente con justicia, y es muy poco probable que se haga justicia”, añadió May.
El incidente de Salisbury resultó en la mayor expulsión de diplomáticos jamás realizada entre las potencias occidentales y Rusia, así como en una ronda limitada de sanciones por parte de Occidente.
Estas sanciones han sido superadas por la respuesta occidental a la invasión rusa de Ucrania en 2022.
La jefa de policía de Wiltshire, Catherine Roper, destacó que es “importante recordar que en el centro de esta investigación están la familia y los seres queridos de Dawn cuyas vidas han cambiado de manera irreversible”.
“El propósito es brindar a la familia de Dawn, a sus amigos y a nuestras comunidades en Wiltshire la oportunidad de acceder a la información más completa posible sobre la muerte de Dawn”, añadió.
La familia de Sturgess deberá testificar el martes.
En una imagen entregada se ve un frasco de perfume falso que se recuperó de la casa de Charlie Rowley después de que él y su compañera Dawn Sturgess fueran envenenados por el mismo agente nervioso utilizado para envenenar al ex espía ruso Sergei Skripal y su hija Yulia en Salisbury. Por la Policía Metropolitana de Londres, Gran Bretaña, el 5 de septiembre de 2018.
En una imagen se ve el embalaje de un frasco de perfume falsificado que fue recuperado de la casa de Charlie Rowley después de que él y su compañera Dawn Sturgess fueran envenenados por el mismo agente nervioso utilizado para envenenar al ex espía ruso Sergei Skripal y su hija Yulia en Salisbury. Entregado por la Policía Metropolitana de Londres, Gran Bretaña, el 5 de septiembre de 2018.