El currículum de Claudia Sheinbaum es extenso: tiene un doctorado y un Premio Nobel de la Paz compartido, y fue la primera mujer elegida para liderar la Ciudad de México, la capital de su nación y una de las ciudades más grandes del hemisferio occidental.
Ahora tiene otra oportunidad de hacer historia. La Sra. Sheinbaum, de 61 años, es la clara favorita en las elecciones mexicanas del domingo, lo que la sitúa en posición de convertirse en la primera presidenta de México.
Pero tiene un problema de imagen, y lo sabe.
Muchos mexicanos se preguntan: ¿Puede ser su propia líder? ¿O es una peón del presidente actual?
“Existe esta idea, porque muchos columnistas lo dicen, de que no tengo personalidad”, se quejó la Sra. Sheinbaum a los periodistas a principios de este año. “Que el presidente Andrés Manuel López Obrador me dice qué hacer, que cuando llegue a la presidencia, me llamará por teléfono todos los días”.
A pocos días de las elecciones mexicanas, la Sra. Sheinbaum se enfrenta a un dilema fundamental.
Insiste en que gobernará de forma independiente de su mentor, el Sr. López Obrador, y tiene algunas prioridades diferentes. Pero alejarse demasiado de su agenda podría ser muy arriesgado.
Ella y el Sr. López Obrador son “personas diferentes”, dijo en una entrevista. Él es un hombre del petróleo que invirtió en proyectos cuestionables desde el punto de vista medioambiental; ella es una científica del clima. Sin embargo, la Sra. Sheinbaum ha llegado a la cima en parte alineándose completamente con él, respaldando movimientos como su gran apuesta por la empresa petrolera nacional y los cambios constitucionales que los críticos llaman antidemocráticos.
¿Se atreverá a alejarse de esas políticas si gana la presidencia, invitando al reproche del Sr. López Obrador y el movimiento que la llevó allí? ¿O se dedicará a afianzar su legado, incluso si eso significa sofocar su propia visión?
“Claudia no puede decir lo que va a hacer, porque en este momento tiene que mostrar absoluta lealtad a Andrés Manuel”, dijo Ana Laura Magaloni, una experta legal que asesoró a la Sra. Sheinbaum durante su primer año como alcaldesa.
“¿Qué pasará cuando Claudia sea libre de ese yugo, cuando Andrés Manuel ya no esté ahí?” dijo la Sra. Magaloni. “Nadie lo sabe”.
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