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Varios grupos ambientales y de residentes en la isla española de Mallorca han enviado una carta abierta a los turistas en cuatro idiomas pidiéndoles que no visiten porque son “la fuente” de los problemas que experimenta la isla.
“Mallorca no es el paraíso que te están vendiendo”, dice la carta firmada por SOS Residents, Menys turisme més vida, Gob, Gadma, Alternativa per Pollença, Brunzit y Amics de la Vall de Coanegra.
Estas siete organizaciones recordaron que en la década de 1970, Mallorca era conocida como ‘la isla de la calma’, una situación que ha cambiado, señalan, ya que en los últimos años la isla se ha convertido en un destino turístico que ha sido explotado “hasta límites inimaginables”.
Los grupos de protesta han denunciado que el turismo de masas ha llevado al deterioro del ecosistema de la isla balear, al hacinamiento de los servicios públicos, a la gentrificación y a un aumento excesivo en el costo de vida.
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Acusan a hoteleros, políticos e inversores de priorizar sus intereses económicos sobre el bienestar de los residentes.
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Los grupos lamentan los problemas sufridos por los habitantes de Mallorca debido al hacinamiento turístico, mientras critican a las autoridades e instituciones locales por seguir promoviendo el turismo sin considerar las consecuencias para la población local.
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“La población local está enfadada y ya no les estamos dando la bienvenida (a los turistas) porque están destruyendo la tierra que amamos, y muchos residentes se están viendo obligados a emigrar porque la isla es inhabitable”, dijeron los grupos.
“Es hora de pedirles que no vengan. No necesitamos más turistas; de hecho, ustedes son la fuente del problema”, subrayaron los ecologistas en la carta escrita en catalán, español, inglés y alemán.
Esperan que el mensaje directo haga reflexionar a los visitantes sobre su impacto en las condiciones de vida de los lugareños y fomente un debate sobre la necesidad de un modelo turístico más sostenible y respetuoso en Mallorca.
2024 fue el año en que España habló realmente sobre el impacto que el turismo de masas estaba teniendo en la vida de los residentes, con numerosas protestas celebradas en destinos turísticos como las Islas Baleares, Canarias, Málaga, Barcelona, Madrid, Valencia, Alicante y otras ciudades.
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En realidad, sus quejas son tanto sobre la crisis de vivienda del país como sobre el aumento del costo de vida, ya que hay una creciente conciencia de que ambos van de la mano, especialmente en lo que respecta al fuerte aumento de los apartamentos turísticos en edificios residenciales.
Hay un creciente sentimiento de que los extranjeros más ricos disfrutan más de España que los lugareños que luchan. En el caso de Palma, la capital de Mallorca, el costo de vida es proporcionalmente el más alto del país según un estudio de 2025.
Mensajes antiturismo como “turistas vayan a casa” o “maldita sea Airbnb” se han vuelto cada vez más comunes en paredes y edificios en forma de graffiti, pegatinas o pancartas de protesta, pero muchos españoles son conscientes de que no es culpa de los turistas en sí, sino de un modelo turístico que está fuera de control y que debe ser revisado.
También hay muchos lugareños que dan la bienvenida al turismo y valoran su importancia para la economía española, ya que representa el 13 por ciento del PIB del país, y por lo tanto se oponen al mensaje inflamatorio antiturismo que se ha vuelto más frecuente recientemente.
De todas formas, parece muy probable que más protestas contra el turismo de masas tendrán lugar en todo el país a medida que se acerca la ajetreada temporada de verano.
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