El partido de extrema derecha Vox y otros grupos radicales dicen que se opondrán a los planes del gobierno de ‘re-significar’ el mausoleo del Valle de los Caídos con su famosa cruz a las afueras de Madrid.
Esto a pesar de que la Iglesia Católica y el gobierno de Pedro Sánchez han acordado en gran medida lo que harán en el controvertido sitio, aunque los detalles finales aún deben ser ratificados.
Grupos como la asociación de Abogados Cristianos afirman que el acuerdo está ‘disfrazando’ lo que realmente sucederá.
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FRANCO EN 1975
Docenas de personas se manifestaron la semana pasada en el día de apertura de la Conferencia Episcopal Española coreando consignas y agitando pancartas con las palabras ‘Salvemos el Valle’.
Un grupo católico de extrema derecha llamado Hazte Oír ha lanzado una petición en contra del cambio.
Plantea la pregunta: “¿Cuánto crees que pasará hasta que la Basílica y la Cruz sean finalmente destruidas?”
El líder de Vox, Santiago Abascal, ha respaldado la campaña después de años afirmando que la ‘izquierda’ quiere ‘hacer volar el valle’ y ‘derribar la cruz’.
El complejo del Valle de los Caídos fue construido por orden del dictador General Franco, principalmente a través de trabajos forzados, en el periodo posterior a la Guerra Civil de finales de los años treinta.
La construcción se completó en 1959 y consta de una basílica situada bajo tierra en un espacio excavado en la montaña, la cruz, un monasterio benedictino y una escuela.
En el lugar están enterrados hasta 50,000 españoles de ambos bandos del conflicto.
El cuerpo del General Franco fue exhumado del sitio por orden del gobierno de Pedro Sánchez en 2019 y trasladado a un terreno privado.
Este año se conmemora el 50 aniversario de la muerte del dictador.
Los planes iniciales para ‘re-significar’ el área incluían la desconsagración de la iglesia y el cierre del monasterio.
Sin embargo, las conversaciones entre las autoridades católicas y el gobierno han asegurado que el culto continuará y que los monjes benedictinos permanecerán en el lugar.
Se seguirán ‘respetando’ todos los elementos religiosos fuera de la basílica, incluida la cruz de 150 metros de altura, posiblemente el mayor símbolo restante de la era fascista de Franco.