Los clanes que buscan controlar el comercio de Son Banya.

Desde la caída de la famosa La Paca (Francisca Cortés Pizarro), el supermercado de drogas que es la barriada de Son Banya en Palma no ha tenido un clan dominante que controle el comercio de drogas.

Ahora hay cinco grupos compitiendo por ser el número uno. Algunos tienen lazos familiares directos, otros no. Intentan superarse mutuamente, por ejemplo, dejando saber que la cocaína de un competidor ha sido cortada en exceso, incluso si es mentira. Una fuente policial dice: “No se enfrentarán abiertamente entre ellos, pero hacen todo lo posible para vender más”.

La suya es una relación peculiar. Mientras compiten, también cooperan. Y juntos han ideado una estrategia para nuevas formas de operar.

Un aspecto de esto tiene que ver con dónde se venden las drogas. Esto ya no ocurre desde las chabolas de las familias. Hay edificios separados específicamente para la venta de drogas. La razón de esto es evitar que familias enteras sean arrestadas si hay una redada; es más difícil para la policía atribuir culpabilidad.

Otro aspecto es cómo se ha distribuido la barriada para hacerla, por así decirlo, más amigable para los clientes. Hay una especie de circuito, que actualmente está adornado con banderas españolas por la Eurocopa pero que permanentemente tiene luces LED a ambos lados. Como dice un oficial: “Ahora hay más luces que en la feria. Porque no pagan por ello”.

Hay guías para los clientes, para asegurarse de que no se pierdan. “Antes todo era más siniestro, y ahora es muy moderno. Como si estuvieran pasando por una gran zona comercial”. Moderno, pero al mismo tiempo retro. En la caseta de la entrada hay los llamados portadores de agua. Están equipados con walkie-talkies. Una tecnología antigua pero efectiva. Esto se debe a que los teléfonos pueden ser intervenidos. Los walkie-talkies son, además, más confiables.

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Los líderes de los clanes tienen una cosa en común: numerosos arrestos y registros policiales kilométricos. La caída de La Paca los dejó un poco desorientados, pero luego se dieron cuenta de las oportunidades, así que ahora están viendo quién puede convertirse en la fuerza dominante.