It’s clear that the toxicity surrounding Bridgerton goes beyond mere criticism of the show itself. The vitriol directed towards the actors, particularly those of color, is unacceptable. The backlash against diversity and inclusivity in the show is rooted in racism and a desire to maintain a whitewashed and heteronormative view of history.
The fact that fans are comfortable enjoying the aesthetic diversity of the show while rejecting any meaningful representation of marginalized communities speaks volumes about the underlying prejudice at play. It’s important to confront these issues head-on and challenge the toxic attitudes that seek to exclude and marginalize actors and characters of color.
Ultimately, Bridgerton is a work of fiction that should be enjoyed for its entertainment value, not used as a platform for spewing hate and discrimination. It’s time for fans to embrace diversity and celebrate the richness of storytelling that includes voices and experiences from all backgrounds. Lo ideal sería que una serie como Bridgerton tuviera una base de fans mejor portada. Después de todo, la serie se promocionó como un gran giro en la era de la Regencia, algo que el género realmente necesitaba. Ser negro y amante del drama de época a menudo significa disfrutar de programas que excluyen deliberadamente a las personas de color de las narrativas históricas.
Pero a pesar de que Bridgerton muestra que hacer que este género sea inclusivo es algo bueno, puede sentirse como si fuera a costa del bienestar de otros personas de color, los actores. ¿Quiero que ese sea el precio de la inclusividad? Por supuesto que no. Pero tampoco quiero que la serie ceda ante una base de fans rabiosa. Esperemos que pueda encontrar una manera de señalar a sus fans que necesitan calmarse.