Lo que conocemos sobre el ataque con cuchillo en Alemania que resultó en la muerte de tres personas

La policía alemana está buscando a un hombre que el viernes por la noche atacó a casi una docena de personas con un cuchillo, matando a tres de ellas, durante un festival callejero en la ciudad occidental de Solingen.

El sábado por la noche la policía realizó un arresto en el caso, pero no dijo si creía que la persona era el atacante.

“Un hombre fue detenido y ahora estamos determinando su relación con el ataque”, dijo el sábado por la noche una portavoz de la policía de Düsseldorf.

En una conferencia de prensa el sábado por la tarde, las autoridades dijeron que no descartaban un ataque terrorista porque no tenía sentido ninguna otra explicación para la violencia aparentemente aleatoria.

La policía dijo que había detenido a un muchacho de 15 años para interrogarlo, ya que creían que podría haber tenido conocimiento previo del ataque. El fiscal del estado no está tratando al joven como sospechoso.

Poco después de las 21.30, el atacante comenzó a apuñalar a las personas que se habían reunido en el festival para celebrar el 650 aniversario de Solingen, una ciudad famosa por sus cuchillos y tijeras. El ataque ocurrió durante una actuación musical en directo, no lejos de un escenario temporal montado para el evento, que se anunciaba como un “Festival de la Diversidad”.

La policía dijo que aparentemente el atacante había elegido víctimas al azar entre la multitud y que aparentemente había apuntado al cuello de al menos una de las víctimas.

El festival, originalmente planeado para durar hasta el domingo, fue cancelado inmediatamente mientras los trabajadores de emergencia atendían a los heridos y la policía intentaba controlar la situación.

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El sábado, la policía dijo que una mujer y un hombre, ambos de 57 años, y otro hombre, de 67, habían muerto. No dieron más detalles. Además de los tres muertos, ocho personas resultaron heridas. De ellos, cuatro siguen en estado crítico.

La policía ha entrevistado a testigos y supervivientes para intentar reconstruir el ataque y ha pedido al público que suba cualquier vídeo o fotografía del suceso al sitio oficial de denuncias de la policía estatal.

La madrugada del sábado, la policía allanó la casa del joven de 15 años, al que varios testigos dijeron haber oído comunicarse con el sospechoso antes del ataque. El fiscal dijo que el joven está siendo investigado por no haber denunciado un delito.

El sábado por la tarde, el equivalente alemán de una unidad SWAT detuvo a un sospechoso en un centro de acogida temporal para refugiados situado en las inmediaciones del lugar del ataque. La policía intentaba confirmar si esa persona era el agresor.

“Nuestras autoridades están haciendo todo lo posible para atrapar al autor del ataque y determinar sus orígenes”, dijo el sábado Nancy Faeser, ministra del Interior alemana, en un comunicado. Agentes de las zonas vecinas han sido movilizados para ayudar a la policía local a encontrar al atacante.

Según informaron las autoridades el sábado, también participa en la búsqueda la policía federal. La fiscalía federal, que se haría cargo del caso en caso de que se considere oficialmente un acto terrorista, está preparada para ello. Dos miembros de su personal ya están en Düsseldorf supervisando el caso.

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La policía no ha querido hacer públicos los detalles del hombre, ya que los testigos han dado demasiadas descripciones contradictorias. “Nada sería más perjudicial que publicar una descripción, pedir a la gente que colabore en la búsqueda y, en el transcurso de la investigación, descubrir que la persona en cuestión tiene un aspecto completamente distinto”, dijo Marcel Fiebig, portavoz de la policía de Düsseldorf, durante la rueda de prensa del sábado.

Eso no ha impedido que el periódico sensacionalista Bild difundiera una descripción del hombre como un “tipo mediterráneo” con barba oscura. Los miembros del partido ultraderechista AfD de Alemania, que ha hecho de los crímenes violentos cometidos por jóvenes inmigrantes varones uno de sus principales temas de discusión, reaccionaron rápidamente.

Antes de que la policía confirmara alguna de las descripciones, Tino Chrupalla, líder del partido de extrema derecha AfD, escribió en una publicación en X:“La prohibición de los cuchillos no ayudará a evitar este tipo de situaciones. Alemania necesita un cambio inmediato en su política migratoria y de seguridad”.

El partido antiinmigrante está preparado para obtener avances en tres elecciones estatales el próximo mes.

Dos localidades cercanas también cancelaron los festivales públicos que tenían previstos para el fin de semana. “No podemos celebrar cuando nuestra ciudad vecina está de luto a pocos kilómetros de distancia”, dijo Bettina Warnecke, alcaldesa de Haan, que canceló su festival del vino. En comentarios informados por la agencia de noticias alemana DPA, Warnecke señaló que la seguridad también era un problema, dado que la policía no había encontrado al hombre que creían que era el atacante.

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“El autor debe ser capturado rápidamente y castigado con todo el peso de la ley”, dijo el canciller Olaf Scholz en un comunicado publicado en su cuenta X en sábado.

Solingen, hogar de más de 150.000 personas, está justo al este de Düsseldorf, la capital del estado más poblado de Alemania, Renania del Norte-Westfalia.

Solingen, conocida en todo el mundo por la producción de cuchillos y tijeras de alta gama, se autodenomina la “ciudad de las cuchillas”. El ataque se produjo en la concurrida plaza que se encuentra en el corazón del festival que celebra el 650 aniversario de la primera mención escrita de la ciudad.

Solingen es una ciudad diversa que se ha beneficiado de la mano de obra extranjera desde que los programas de trabajadores invitados de la década de 1960 trajeron trabajadores extranjeros a los numerosos fabricantes de cuchillas de la ciudad. Más del 20 por ciento de los residentes de la ciudad no son ciudadanos alemanes y miles más tienen doble nacionalidad.

La ciudad fue escenario de uno de los ataques racistas más traumáticos de la Alemania de posguerra, en 1993, cuando un grupo de jóvenes neonazis prendió fuego a una casa habitada por una familia turca. Cinco personas murieron, entre ellas tres niños, y 17 resultaron heridas.

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