El viaje de Greg Berlanti a la luna nos lleva a las estrellas, mezclando romance, humor y un toque de intriga lunar. Con un elenco estelar, escritura aguda y un guiño nostálgico a la Carrera Espacial, esta película se eleva.
Fly Me to the Moon se desarrolla en el telón de fondo de la misión Apollo 11 de la NASA. Conoce a Kelly Jones (Scarlett Johansson), una experta en marketing encargada de mejorar la imagen pública de la NASA. Las chispas vuelan cuando se encuentra con el director de lanzamientos Cole Davis (Channing Tatum), cuyo trabajo ya es ciencia de cohetes. La química en pantalla entre Johansson y Tatum es eléctrica. Su repartee chisporrotea como un módulo lunar reentrando en la atmósfera terrestre. Su dinámica juguetona mantiene la película en alza incluso cuando la gravedad amenaza con separarlos.
Rápida y elegantemente editada, Fly Me to the Moon evoca nostalgia por un momento crucial en la historia estadounidense. Es el tipo de película que Hollywood solía hacer, el tipo que secretamente anhelamos. Esperemos que inspire más como esta. Harrelson roba escenas como un teórico de la conspiración convencido de que el alunizaje fue un fraude. Sus teorías descabelladas añaden ligereza e intriga, haciéndonos cuestionar qué es real y qué es simplemente comedia cósmica.
Aunque la película mantiene un ritmo ágil, surgen algunos problemas menores con el desarrollo de los personajes. Queremos saber más sobre el pasado de Kelly y los sueños ocultos de Cole. Sin embargo, estos detalles menores no eclipsan el disfrute general. La banda sonora es excepcional en mi opinión, clásicos de finales de los años 60 que todos disfrutarán y sentirán ganas de bailar.
A medida que la cuenta regresiva avanza hacia el clímax del alunizaje (¿real o fingido?), estamos animando a Kelly, Cole y a la humanidad misma. Fly Me to the Moon nos recuerda que el amor, al igual que los viajes espaciales, es un emocionante salto de fe.
Email: [email protected]
Redes sociales: @neillfrazer