El líder de una notoria pandilla de hooligans de fútbol en Argentina ha sido asesinado a tiros cerca del estadio de su club en Rosario. Andrés Bracamonte, conocido como Pillín, había pasado más de 20 años como jefe de la pandilla de seguidores de Rosario Central y tenía un historial de participación en conflictos violentos con hooligans rivales. Él y su subalterno, Daniel “Rana” Atardo, estaban a solo cuatro cuadras del estadio Gigante de Arroyito cuando fueron tiroteados por un motociclista el sábado. Rosario Central acababa de jugar un partido de liga, pero Bracamonte no asistió. Había sido prohibido de los partidos debido a incidentes anteriores y había sido acusado de lavado de dinero y extorsión por las autoridades argentinas. Los dos hombres fueron llevados al Hospital Centenario local, pero los médicos no pudieron salvar sus vidas. El asesinato de Bracamonte fue ampliamente reportado por los medios argentinos, quienes lo describieron como un ajuste de cuentas. Los periódicos informaron que Bracamonte tenía un extenso historial criminal y había sido víctima de frecuentes ataques. El más reciente fue en agosto, cuando una bala rozó su espalda mientras estaba con su pareja, quien también resultó herida. Bracamonte, de 52 años, también fue acusado de tener vínculos con un cartel de drogas conocido como Los Monos y estaba bajo investigación por lavado de dinero como resultado.
