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En las notas del álbum Lost Takes de 2023, que excavó las cintas que habían servido como audición de Roberta Flack para Atlantic Records hace más de medio siglo, la poeta Harmony Holiday escribió que Flack poseía “la voz del idílico más allá en el que desearías llegar después del fin de un mundo disfuncional”.
De hecho, Flack cantaba como si estuviera igualmente familiarizada con la alegría de la fe y la agonía de la vida. La riqueza digna de su voz se veía atenuada por el poder sutilmente volcánico que mostraba en su interpretación de To Sir With Love de Lost Takes, un fuego no tan silencioso que siempre residía en ella.
Creció admirando a Mahalia Jackson pero, dudando de que alguna vez igualara las imponentes cuerdas vocales de la pionera del gospel, se dedicó en cambio al piano. A los 15 años, ganó una beca para estudiar piano en la Universidad de Howard, donde, después de que la cantante con la que había sido contratada para acompañar en el show anual de talentos de primer año se echó para atrás, cantó el estándar pop de guerra de Henry Nemo, Don’t Take Your Love From Me, y ganó la competencia. Posteriormente, se centró en sus estudios de canto, convirtiéndose en directora asistente del coro de la universidad y dirigiendo una producción de Aida.
Mientras cantaba estándares en clubes nocturnos de Washington DC después de graduarse, cautivó al pianista y cantante Les McCann, quien la envió a los estudios de Atlantic. Allí, en una maratón de 10 horas a principios de 1969, grabó su álbum debut First Take, una colección ambiciosa y diversa que comprendía versiones de Leonard Cohen, canciones soul escritas por su futuro colaborador Donny Hathaway y Ballad of the Sad Young Men, un poderoso homenaje a los hombres gays que vivían sus vidas en secreto. Pero fue su versión del estándar folk de Ewan MacColl, The First Time Ever I Saw Your Face, una grabación casi insoportablemente íntima y desolada, utilizada brillantemente por Clint Eastwood en su debut como director en 1971 en Play Misty for Me, la que llevó al álbum a la cima de las listas, vendiendo más de 2 millones de copias y ganando a Flack el primero de numerosos premios Grammy.
First Take marcó la pauta para álbumes de sustancia y carácter que estaban informados tanto por sus raíces clásicas y gospel como por el entorno soul para el que fue comercializada, pero aún así lograba éxitos. Quiet Fire, lanzado en 1971, la devolvió a sus raíces gospel, aplicando su fervor dignificado a canciones sagradas y seculares. El tema principal de Killing Me Softly, lanzado en 1973, resultaría su mayor éxito y más perdurable. Roberta Flack and Donny Hathaway, un álbum de dúos con el atormentado autor de soul, lanzado en 1972, mostró un lado más ligero del sonido característico de Flack, que exploró más a fondo en Feel Like Makin’ Love de 1975, con el tema principal entregando su tercer sencillo número uno.
Flack quedó muy afectada cuando Hathaway se quitó la vida en 1979, antes de que pudieran completar un segundo álbum de dúos planeado. Una colaboración posterior con Peabo Bryson dio lugar a Tonight I Celebrate My Love, con sus sintetizadores y dulces cantos acuñando el emergente género contemporáneo para adultos que dominaría la década, pero la colaboración no logró igualar la chispa que había capturado con Hathaway. Las declaraciones audaces de su trabajo anterior dieron paso a álbumes navideños, sets de covers de los Beatles y la canción tema de la sitcom de la NBC, Valerie; aún así, nadie las cantaba como Roberta.
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En 2022, dos años después de recibir un premio Grammy por logros de toda una vida, se anunció que la ELA le había robado a Flack su voz y que ya no podía actuar. Pero a sus espaldas, Flack había dejado una carrera que no tenía parangón, exactamente lo que había buscado. “No intenté ser una cantante de soul, una cantante de jazz, una cantante de blues”, le dijo al Guardian en 2020, reflexionando sobre una vida que había pasado perfeccionando su propia voz. “Mi música es mi expresión de lo que siento y creo en un momento dado”.
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