El robo tuvo lugar el 5 de enero en el distrito de Cartagena de La Palma, mientras el propietario de la tienda estaba atendiendo a varios clientes que estaban haciendo compras antes del Día de Reyes.
Una mujer con peluca rubia actuó como señuelo. Golpeó la puerta de la tienda y, al ser abierta, tres hombres armados encapuchados entraron a la fuerza.
Apuntaron con sus armas al dueño y a los clientes mientras llenaban sus mochilas con joyas valoradas en más de un millón de euros. Dejaron su tarjeta de presentación en forma de un disparo que hicieron en la pared del local. Con semejante botín, no les importó mucho que su coche de lujo de escape se incendiara en el que huyeron a Murcia.
Ese fue el inicio de la Operación ‘Joypalm-Kataros’, que finalmente logró desarticular y detener a miembros de una banda criminal violenta en Murcia, Alicante y Valencia. Pero antes de que fueran arrestados los nueve miembros del grupo (cuatro hombres y cinco mujeres, de entre 18 y 48 años), la investigación de la Policía Judicial tuvo que comenzar desde cero.
Una de las pistas que tenían eran las imágenes de las cámaras de seguridad de la joyería, a través de las cuales identificaron a varios sospechosos que habían visitado la tienda en los días y semanas previas al asalto.
Mientras los investigadores continuaban con sus pesquisas, el 30 de mayo dos hombres encapuchados armados entraron en una casa en Bétera (Valencia). Amenazaron y golpearon violentamente a los propietarios, robándoles 40,000 euros y sus teléfonos móviles de alta gama.
También hubo otros dos robos que siguieron una tendencia similar en una casa en Torrevieja y en una joyería en Orihuela Costa. En todos ellos, golpearon a las víctimas en la cabeza con la culata de un arma mientras las obligaban a abrir sus cajas fuertes. Todas las pruebas llevaron a los investigadores a Portmán (La Unión), donde el grupo había alquilado una casa mientras llevaban a cabo su agenda violenta.
“Era una banda perfectamente organizada, cada miembro tenía su propia tarea, ya sea como señuelo, conductor, los que llevaban a cabo los robos, los que sostenían el arma y los que atemorizaban y atacaban a las víctimas para obligarlas a entregar la mercancía”, dijo el Coronel de la Guardia Francisco Pulido.
La banda finalmente fue ‘desmantelada’ el 20 de junio. La Guardia Civil organizó una operación para arrestarlos en ruta, cuando viajaban de Portman (Murcia) a Alicante. La operación resultó en la interceptación de dos vehículos, en los que viajaban tres hombres y tres mujeres, todos miembros del grupo criminal. Más tarde, también fueron arrestados dos miembros adicionales del grupo.
En los vehículos, la Guardia Civil encontró tres armas de fuego, municiones detonantes, una pistola Taser, grandes cantidades de marihuana y cocaína, documentación falsificada, así como joyas y relojes valorados en alrededor de 63,000 euros, todo lo cual, junto con uno de los vehículos de alta gama utilizados en el viaje, fue incautado.
A principios de este mes de julio, el último miembro de la banda fue arrestado en Murcia.
Así, la operación ‘Joypal-Kataros’, que aún está en curso, ha resultado hasta ahora en nueve arrestos, compuestos por cinco mujeres y cuatro hombres, de entre 18 y 48 años, que ahora están acusados de los delitos de robo con violencia e intimidación, tenencia ilegal de armas, tráfico de drogas, falsificación de documentos públicos, robo de vehículos de motor y pertenencia a un grupo criminal.