Los icónicos chiringuitos de playa de España, una atracción principal de su turismo costero, enfrentan un futuro incierto ya que la Comisión Europea emite advertencias sobre presuntas infracciones a la ley de la UE.
La Comisión ha señalado el procedimiento actual de España para aprobar concesiones para estos negocios en la playa, alegando que carece de la transparencia necesaria requerida por las regulaciones de la UE para el uso de tierras públicas.
Normalmente, el proceso de España implica una “solicitud de intención”, seguida de un período de consulta pública de 20 días. Durante este tiempo, otras partes interesadas pueden presentar propuestas para el mismo sitio. Sin embargo, Bruselas argumenta que este sistema no cumple con los estándares competitivos y transparentes esperados bajo la ley de la UE.
Se le ha dado al gobierno español un plazo de dos meses para abordar el problema o arriesgarse a enfrentar sanciones. Si no se resuelve, el caso pasará al Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que determinará la legalidad de las prácticas concesionarias del país.
Esta disputa tiene implicaciones significativas para Andalucía, donde el gobierno regional (Junta de Andalucía) supervisa las concesiones de bares en la playa. Manuel Villafaina, presidente de la federación regional de comerciantes de playa, ha criticado las acusaciones de Bruselas, afirmando que las leyes costeras de España ya incluyen medidas competitivas.
Villafaina declaró: “La Ley de Costas ya asegura la competencia, permitiendo que cualquiera pueda presentar una solicitud. El verdadero problema son los retrasos prolongados en resolver estos casos. Los gobiernos regional y central no han coordinado eficazmente, dejándonos en el limbo.”
Añadió: “Es absurdo que el gobierno central amenace con multas a la Junta cuando ellos tienen el poder. Debemos seguir adelante con la documentación en lugar de detenernos por algo que ni siquiera es una ley vinculante aún y que podría llevar años resolver en los tribunales de la UE.”
La controversia ha generado inquietud entre la comunidad empresarial costera y la industria turística de España, ambas de las cuales dependen en gran medida del atractivo de los chiringuitos de playa para atraer visitantes. La resolución de este problema no solo impactará en los medios de vida de miles de comerciantes de playa, sino que también influirá en el tejido cultural y económico de las regiones costeras de España.