China dice que su sonda lunar ha despegado con éxito desde el lado lejano de la luna para comenzar su viaje de regreso a la Tierra llevando las primeras muestras recogidas de esa región.
Los medios estatales dicen que un módulo de la nave Chang’e-6, nombrada así por la diosa de la luna en la mitología china, despegó con éxito alrededor de las 07:38 del martes (23:38 GMT del lunes) para comenzar el viaje de regreso.
La nave había aterrizado el domingo cerca del polo sur de la luna en una hazaña sin precedentes celebrada por la comunidad científica internacional.
China es el único país que ha aterrizado en el lado lejano de la luna, habiéndolo hecho también antes en 2019.
La Administración Espacial Nacional China ha calificado la misión como un “logro sin precedentes en la exploración lunar humana”.
Ese lado de la luna – que siempre está de espaldas a la Tierra – es técnicamente difícil de alcanzar debido a su terreno accidentado y sus cráteres profundos.
La misión de China tiene como objetivo ser la primera en traer muestras de rocas y suelo de la región, que los científicos dicen que podrían ser muy diferentes de las formaciones rocosas en el lado cercano de la luna.
Los medios estatales publicaron videos de la agencia espacial de China mostrando la nave robotizada sacando un pequeño brazo y ondeando la bandera china después de recoger las valiosas muestras.
El martes, los medios estatales chinos anunciaron el despegue exitoso del módulo, citando a la CNSA diciendo que el módulo ascensor de la sonda “despegó de la superficie lunar”.
“La misión ha resistido la prueba de alta temperatura en el lado lejano de la luna”, dijo la agencia espacial.
Después de despegar, el módulo ingresó en una “órbita preestablecida alrededor de la luna”.
Se espera que la sonda completa regrese en aproximadamente tres semanas a un sitio de aterrizaje en Mongolia Interior.
Los científicos en China tendrán la primera oportunidad de analizar las rocas, y más tarde los investigadores de todo el mundo podrán solicitar la oportunidad también.
Los científicos están emocionados por las muestras que China podría recolectar. La sonda podría extraer algunas de las rocas más antiguas de la Luna de un enorme cráter en su Polo Sur.
La sonda aterrizó en un gigantesco cráter conocido como la cuenca del Polo Sur-Aitken el domingo. El cráter es uno de los más grandes conocidos en el sistema solar.
El aterrizaje estuvo lleno de riesgos, porque es muy difícil comunicarse con las naves espaciales una vez que llegan al lado lejano de la Luna.
Las autoridades espaciales de China describieron la operación como involucrando “muchas innovaciones de ingeniería, altos riesgos y gran dificultad”.
La misión tenía como objetivo recolectar alrededor de 2 kg (4.4 lb) de material utilizando una perforadora y un brazo mecánico, según la CNSA.
Expertos habían dicho anteriormente a la BBC que había potencial de rocas nuevas.
“Todos están muy emocionados de que podríamos echar un vistazo a estas rocas que nadie ha visto antes”, dijo el profesor John Pernet-Fisher, quien se especializa en geología lunar en la Universidad de Manchester.
Anteriormente había analizado rocas lunares traídas de vuelta en la misión Apolo estadounidense y misiones chinas anteriores.
Pero dice que la oportunidad de analizar rocas de una zona completamente diferente de la Luna podría responder preguntas fundamentales sobre cómo se forman los planetas.
El Polo Sur de la Luna es la próxima frontera en las misiones lunares – los países están ansiosos por comprender la región porque hay una buena posibilidad de que tenga hielo.
El acceso al agua aumentaría significativamente las posibilidades de establecer con éxito una base humana en la Luna para la investigación científica.
Esta es la segunda vez que China lanza una misión para recolectar muestras de la Luna.
En 2020 Chang’e-5 trajo de vuelta 1.7 kg de material de un área llamada Oceanus Procellarum en el lado cercano de la Luna.
En 2019, China se convirtió en el primer país en llegar al lado lejano con el aterrizaje de su Chang’e-4.
China planea tres misiones más no tripuladas en esta década mientras busca agua en la Luna e investiga el establecimiento de una base permanente allí.
La estrategia más amplia de Beijing tiene como objetivo que un astronauta chino camine en la luna alrededor de 2030.
Estados Unidos también tiene como objetivo enviar astronautas de regreso a la luna, con la NASA apuntando a lanzar su misión Artemis-3 en 2026.