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Crédito: Pixabay.
Para el año 2050, las infecciones resistentes a los antibióticos podrían resultar en la muerte de más de 39 millones de personas a nivel mundial, según estudios recientes realizados por The Lancet.
Este escenario alarmante, impulsado por la resistencia antimicrobiana (AMR), representa una gran amenaza para la salud pública. La AMR ocurre cuando las bacterias evolucionan para volverse resistentes a los antibióticos, haciendo que las infecciones sean más difíciles de tratar y a veces, incurables. Para los expatriados de la UE, especialmente los ancianos, esta es una preocupación creciente, ya que los tratamientos médicos efectivos y las cirugías pueden volverse más arriesgados debido a la disminución de la eficacia de los antibióticos.
¿Cuántas personas mueren actualmente por resistencia antimicrobiana?
A nivel mundial, se estima que 1.27 millones de personas mueren anualmente por infecciones resistentes a los medicamentos, y los investigadores esperan que esta cifra aumente en un 68 por ciento para el año 2050. Si no se controla, incluso las infecciones comunes podrían volverse mortales, interrumpiendo la atención médica de rutina, tratamientos contra el cáncer y cirugías. El surgimiento de superbacterias se puede atribuir al uso excesivo de antibióticos en la atención médica humana, además de la cría de animales y la agricultura, convirtiendo esto en un problema no solo médico, sino también ambiental.
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El informe de The Lancet sobre la resistencia a los antibióticos
El informe destacó que los países de bajos ingresos, donde los sistemas de atención médica ya son frágiles, serán los más afectados por la crisis de la AMR. Sin embargo, ninguna región está a salvo, con predicciones de un aumento de las muertes relacionadas con la AMR incluso en países de altos ingresos. Europa, aunque avanzada en atención médica, no es inmune. El aumento de las bacterias resistentes a los medicamentos significa que todos podrían verse afectados, ya sea a través de complicaciones de salud personales o a través de los sistemas alimentarios globales donde se utilizan ampliamente los antibióticos.
Uno de los principales desafíos para combatir la AMR es el lento ritmo de desarrollo de nuevos antibióticos. A pesar de algunos avances recientes, como un antibiótico sintético desarrollado en 2024, la cartera de nuevos medicamentos es insuficiente. Incluso con estas innovaciones, las bacterias evolucionan rápidamente, lo que significa que la eficacia de los nuevos medicamentos también puede ser de corta duración.
Cómo combatir la resistencia antimicrobiana
Los expertos en salud mundial instan a los gobiernos a actuar con rapidez. Medidas como regulaciones más estrictas sobre el uso de antibióticos, especialmente en la agricultura, un mejor control de infecciones y campañas de concienciación pública son críticas. Los esfuerzos para reducir la AMR también deben centrarse en el acceso equitativo a la atención médica y a los antibióticos en países de bajos y medianos ingresos, donde las infecciones bacterianas siguen siendo una preocupación principal.
Una de las principales preocupaciones es el uso de antibióticos en la cría de animales, lo cual representa una gran parte del consumo mundial de antibióticos. Reducir este uso y encontrar prácticas alternativas en la producción de alimentos podría ralentizar significativamente el aumento de la AMR, según los expertos.
Con la Asamblea General de la ONU abordando la AMR en su próxima reunión, los expatriados y ciudadanos deben mantenerse informados sobre políticas de salud pública sostenibles.
La AMR es un claro ejemplo de cómo se entrelazan desafíos globales, incluidas la salud pública y las prácticas ambientales. Si bien muchos de estos problemas pueden parecer distantes o reservados para regiones en desarrollo, el aumento de infecciones resistentes a los medicamentos en Europa indica que esta es una amenaza global compartida.
Acciones simples como evitar el uso innecesario de antibióticos y mantenerse actualizado sobre las vacunas son pasos vitales en esta creciente batalla.
Lea el informe completo de The Lancet.