La priorización de las pautas de detección de ERC es imperativa para combatir la crisis de salud global.

La Enfermedad Renal Crónica (ERC) es una crisis de salud generalizada y subestimada que afecta en silencio a millones de personas, a menudo progresando sin síntomas notables hasta que está avanzada. Alrededor del 90 por ciento de las personas con ERC desconocen su condición y solo el 30 por ciento de aquellos con factores de riesgo comunes se someten regularmente a pruebas para ello y, sin embargo, no hay recomendaciones basadas en evidencia sobre servicios preventivos clínicos para la enfermedad. Las consecuencias de no priorizar nuevas pautas para la detección de ERC tienen un impacto devastador en la salud de la población al aumentar la tasa de mortalidad global y aumentar los costos de atención médica. La intervención temprana es imperativa para reducir la carga general de atención médica y prevenir la necesidad de tratamientos costosos al detectar la enfermedad antes de que progrese a enfermedad renal en etapa terminal (ERT).

Dada la urgencia de esta creciente crisis de salud global, un grupo bipartidista de legisladores insta al Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EE. UU. (USPSTF) a desarrollar recomendaciones de detección de ERC que reflejen una comprensión de la gravedad de la condición. Para mejorar los resultados de los pacientes y mejorar la calidad de vida, es esencial abordar las deficiencias en la identificación de ERC y abogar por protocolos de detección más completos.

Han pasado más de una década desde la última vez que el USPSTF consideró publicar pautas de detección de riñón, que finalmente no se cumplieron. Desde que se consideraron las pautas en 2012, la crisis de salud pública de la ERC ha seguido creciendo en prevalencia. Los esfuerzos de defensa se centran en los beneficios más amplios de la detección de la población en general, con el objetivo principal de diagnosticar la ERC más pronto, ya que la detección temprana permite una intervención y gestión más efectivas.

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La Fundación Nacional del Riñón, junto con la Asociación Americana del Corazón y la Asociación Americana de Diabetes, enfatizan la importancia de la detección de ERC. Su defensa subraya la importancia de tener un centro centralizado para las pautas, que puede agilizar las recomendaciones y garantizar que todos los proveedores de servicios se adhieran a las prácticas recomendadas actualizadas. Al expandir la detección de ERC, estos grupos tienen como objetivo identificar a las personas en riesgo antes de que enfrenten complicaciones graves, mejorando así la calidad de vida del paciente y aliviando la presión sobre el sistema de atención médica.

Se necesita una detección más amplia para la población en general. Los nefrólogos y otros especialistas a menudo ven a pacientes cuya primera cita muestra que la ERC ya ha progresado a una etapa crítica, lo que resulta en una transición repentina y desafiante a la diálisis. Este diagnóstico tardío no solo afecta la calidad de vida de los pacientes, sino que también conduce a tasas de infección más altas y mayores costos de atención médica. Además, estas disparidades en la detección y el diagnóstico afectan de manera desproporcionada a las comunidades marginadas, exacerbando las desigualdades existentes en la atención médica. Los nefrólogos se enfrentan a la frustración de ver a pacientes cuya ERC podría haberse manejado de manera más efectiva con una detección más temprana.

La detección temprana facilita un diagnóstico oportuno y permite el inicio del tratamiento. Medicamentos más nuevos como los inhibidores de SGLT2 y los agonistas de los receptores de GLP-1 (GLP-1 RAs) ofrecen beneficios significativos en el manejo de la diabetes, lo que puede frenar la progresión de la ERC. Los inhibidores de SGLT2 están aprobados por la FDA para la diabetes tipo 2, se pueden usar incluso con un eGFR tan bajo como 20 (etapa 4 de ERC) y también pueden proteger la función renal en aquellos con ERC temprana, independientemente de la diabetes. Los GLP-1 RAs, también aprobados por la FDA para la diabetes tipo 2, apoyan la producción de insulina y el control de la glucosa cuando se combinan con dieta y ejercicio y pueden beneficiar a aquellos en diálisis. Estos tratamientos son especialmente valiosos para pacientes con enfermedad coronaria y renal. Aprovechar los nuevos tratamientos junto con una detección temprana ayuda a habilitar una atención oportuna y proactiva para evitar potencialmente la necesidad de tratamientos invasivos y costosos.

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Crear pautas del USPSTF para incorporar estas consideraciones sería un paso significativo hacia adelante. Garantizar que las prácticas de detección se alineen con los últimos avances en el tratamiento y abordar mejor las necesidades de los pacientes en riesgo. El objetivo no es solo optimizar el número de pacientes identificados, sino también mejorar la efectividad de las intervenciones y mejorar los resultados generales.

En resumen, hay una necesidad apremiante de reformas y orientación de detección del USPSTF para lograr la equidad en la salud en la ERC y mejorar los resultados de salud en general. Al adoptar protocolos de detección más inclusivos y proactivos, podemos gestionar mejor la ERC, minimizar la progresión de la enfermedad y, en última instancia, mejorar los resultados de los pacientes. Ha llegado el momento de abrazar estos cambios y abogar por pautas que reflejen el panorama evolutivo de la atención renal.