La memoria juega un papel crucial en el aprendizaje, la toma de decisiones y en la formación de tu identidad. Es un proceso continuo de absorber información, retenerla y recuperar ese conocimiento para enmarcar tu comprensión y respuestas al mundo que te rodea.
La función cognitiva que te permite retener y procesar temporalmente la información para tareas inmediatas se llama memoria de trabajo. Por ejemplo, durante una conversación, tu memoria de trabajo actúa como un bloc de notas mental, permitiéndote hacer un seguimiento de la información que estás recibiendo y usarla en tiempo real.
En mayo de 2024, investigadores de la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA) Health presentaron un estudio en la revista Nature, que tenía como objetivo determinar cómo el entrenamiento mejora la capacidad del cerebro para la memoria de trabajo, revelando hallazgos interesantes sobre la capacidad del cerebro.
La formación de la memoria es un proceso complejo que comienza con la codificación. Durante esta etapa, la información capturada por tus órganos sensoriales se envía a las áreas sensoriales correspondientes del cerebro (corteza visual, corteza auditiva, etc.), donde se procesa e integra con tu conocimiento y experiencias existentes.
Cuando aprendes algo nuevo, tu cerebro forma nuevas conexiones llamadas sinapsis entre neuronas. Estas conexiones crean nuevos circuitos, remapeando básicamente tu cerebro. El cerebro es una vasta red de conexiones: cada una de sus 100 mil millones de células nerviosas puede formar hasta 10,000 conexiones con otras células nerviosas. Estas sinapsis se debilitan o fortalecen dependiendo de cuánto estés expuesto a información o actividades particulares.
El hipocampo, ubicado en el lóbulo temporal, juega un papel importante en la formación de la memoria. Organiza e integra información sensorial, transformándola en trazos de memoria coherentes. La atención durante la codificación ayuda al hipocampo a enfocarse en la información relevante y filtrar las distracciones.
Después de la codificación, la memoria pasa por una consolidación, estabilizando el trazo de memoria recién formado. Esto involucra dos etapas principales: consolidación sináptica y consolidación de sistemas. Durante la consolidación sináptica, que ocurre poco después del aprendizaje, las conexiones entre sinapsis se fortalecen, principalmente a través de un proceso llamado potenciación a largo plazo.
La consolidación de sistemas ocurre durante un período más extenso, transfiriendo gradualmente el trazo de memoria del hipocampo al neocórtex. Esta transición de almacenamiento a corto plazo a largo plazo es parte del proceso de consolidación, haciendo que las memorias sean más estables y menos dependientes del hipocampo.
La etapa final de la formación de la memoria es la recuperación, donde la información almacenada se accede y se trae a la conciencia cuando la memoria es desencadenada. La corteza prefrontal coordina este proceso, mientras que el hipocampo ayuda a acceder a los trazos de memoria relevantes almacenados en el neocórtex.
Curiosamente, cada vez que se recupera una memoria, puede ser modificada antes de ser almacenada nuevamente, un proceso conocido como reconsolidación. Esto permite que las memorias se actualicen con nueva información, pero también las hace susceptibles a cambios y distorsiones.
Cómo la práctica consolida la formación de la memoria
En el estudio destacado de UCLA Health, los investigadores se centraron en comprender cómo la práctica consistente influye en la capacidad general y la eficiencia de la memoria de trabajo del cerebro. Para evaluar esto, entrenaron a ratones para realizar tareas de asociación diferida olfativa durante dos semanas.
Durante las pruebas, a los ratones se les presentaban olores A o B durante un segundo. Después de un retraso de cinco segundos, se les presentaban olores C o D durante otro segundo. Si la combinación era A seguido de C o B seguido de D, los ratones tenían que lamer durante un período de elección, que es tres segundos después de haber sido presentado con el segundo olor, para obtener una recompensa. Si se les presentaba una combinación diferente, se les enseñaba a contenerse de lamer.
Después de hacer esto repetidamente durante siete sesiones, los ratones aprendieron a realizar la tarea con un nivel de precisión del 94.2%. “Siguiendo la actividad de las neuronas M2 (corteza motora secundaria) durante 10 días, los investigadores observaron que las representaciones de memoria de trabajo de retraso tardío, que son cruciales para el desempeño de la tarea, fluctúan inicialmente en las primeras etapas de experto, pero se estabilizan con la práctica continua en la fase de experto tardío”.
Para ponerlo en términos simples, a medida que los ratones realizaban la tarea, sus patrones de memoria comenzaron a “cristalizarse”, volviéndose más estables y consistentes con la práctica. El Dr. Peyman Golshani, autor correspondiente y neurólogo de UCLA Health, compara este proceso con practicar una melodía musical.
Añade que estos conocimientos sobre los mecanismos de consolidación de la memoria y la importancia de la práctica constante en la consolidación de nuevas habilidades e información en el cerebro “no solo avanzan en nuestra comprensión del aprendizaje y la memoria, sino que también tienen implicaciones para abordar los trastornos relacionados con la memoria”.
Cómo los esfuerzos de adoctrinamiento sabotean tu memoria autobiográfica
Si bien la práctica constante y la exposición a información pueden ayudar a mejorar la memoria y el aprendizaje, es importante reconocer que no todas las influencias en tu memoria pueden ser positivas. Un ejemplo destacado de esto son los esfuerzos de adoctrinamiento que el mundo experimentó durante la pandemia.
En el video anterior, el Dr. Michael Nehls, autor de “The Indoctrinated Brain: How to Successfully Defend Your Mental Freedom”, analiza los aspectos neurocientíficos de cómo las alteraciones cerebrales pueden hacer que las personas sean más vulnerables a influencias externas negativas.
Según Nehls, hay dos tipos de sistemas de pensamiento — Sistema 1 (no pensante) y Sistema 2 (pensante). Nuestros cerebros operan en el Sistema 1 la mayor parte del tiempo. El Sistema 2 solo se activa a través de un esfuerzo consciente, al reconocer la necesidad de pensamiento crítico. Si no tienes suficiente energía mental para pensar, es poco probable que actives el Sistema 2. En cambio, te quedas atrapado en el Sistema 1, poniéndote en piloto automático y haciéndote más propenso a seguir pensamientos o movimientos en masa.
Los medios de comunicación y los líderes globales han diseñado un ciclo vicioso que facilita que te quedes en este estado y te adoctrinen. Comienza con la generación de miedo, cambios de objetivos y malos consejos de salud. Esto induce estrés crónico, que, junto con deficiencias nutricionales clave, lleva a niveles de hormonas de estrés consistentemente altos y una mala producción de energía. Las hormonas del estrés también inhiben la neurogénesis del hipocampo, reduciendo la resistencia mental y aumentando el estrés.
En última instancia, esta espiral descendente erosiona tu memoria autobiográfica, que juega un papel importante en tu individualidad. Los recuerdos autobiográficos se almacenan en el hipocampo y están influenciados en gran medida por la asociación emocional (cómo te sentiste cuando algo sucedió).
Cuando algo se asocia con el miedo, es más probable que lo recuerdes, y esto es lo que los tecnócratas están utilizando como una herramienta poderosa. Al apoderarse de tus neuronas de índice restantes y sobrescribir tus recuerdos autobiográficos con narrativas de propaganda que inducen miedo, pueden quitarte tu individualidad y manipularte fácilmente.
Cómo proteger tu hipocampo
La buena noticia es que puedes revertir el adoctrinamiento y recuperar el control de tus recuerdos promoviendo la producción de nuevas neuronas de índice saludables. Nehls sugiere abordar estos factores que influyen en la neurogénesis del hipocampo:
Propósito en la vida — Según Nehls, no tener un sentido de propósito en la vida aumenta tu riesgo de desarrollar demencia del hipocampo, es decir, la enfermedad de Alzheimer.
Nutrición — Para un crecimiento óptimo del hipocampo, asegúrate de tener niveles adecuados de micronutrientes esenciales. Entre estos, el yodo y la vitamina D son los más importantes. Mantener un nivel de vitamina D dentro del rango de 40 a 60 ng/mL (100 a 150 nmol/L) apoyará tu salud inmunológica y neurológica.
Vida social — Las relaciones amorosas promueven la liberación de oxitocina, un potente factor de crecimiento del hipocampo. Por otro lado, el aislamiento y la soledad tienen un efecto perjudicial en la función del hipocampo. La compañía también es importante porque proporciona las experiencias emocionales y conversaciones esenciales para la supervivencia de las neuronas del hipocampo. Sin esta nueva información, las neuronas recién generadas morirán y su producción disminuirá.
Ejercicio — El ejercicio puede ayudar a estimular la neurogénesis del hipocampo. En su libro, Nehls cita investigaciones que muestran que los adultos mayores que caminan enérgicamente durante una hora al día pueden hacer crecer su hipocampo en un 2% en un solo año. En comparación, los pacientes con Alzheimer pierden alrededor del 5% de su volumen hipocampal por año.
Sueño — Tu hipocampo genera nuevas neuronas durante el sueño, cuando no está recolectando nuevas experiencias activamente. La melatonina, conocida por estimular la neurogénesis del hipocampo, puede desempeñar un papel clave en este proceso. Nehls afirma que generalmente toma alrededor de dos semanas reiniciar la neurogénesis después de experimentar privación crónica del sueño.
Tiempo — Intentar hacer más de lo que es manejable genera estrés, que no solo obstaculiza la neurogénesis, sino que también promueve la neurodegeneración. Sin embargo, tener demasiado tiempo libre también puede ser perjudicial, ya que faltan los estímulos necesarios para el crecimiento neuronal. Según Nehls, el estado óptimo es el eustrés: “estrés positivo causado por tareas desafiantes pero factibles”.
Cómo optimizar tu salud mitocondrial para potenciar tu potencia cerebral
Además de las recomendaciones de Nehls, te recomiendo adoptar las estrategias a continuación para aumentar la producción de energía mitocondrial, lo que te proporcionará la energía necesaria para involucrar efectivamente tus habilidades de pensamiento crítico del Sistema 2.
• Limita tu ingesta de ácido linoleico (LA) — El LA afecta gravemente la función mitocondrial, comprometiendo tu capacidad para crear energía celular. Optimizar tu producción de energía mitocondrial es crucial no solo para un cuerpo y una mente saludables, sino también para tu intuición. La energía producida por tus mitocondrias es virtualmente idéntica a la energía que creó el universo y sustenta la realidad física.
Así que, una vez que optimices tu producción de energía mitocondrial, también abres la puerta a tus facultades espirituales superiores donde residen la intuición, la guía interna y el conocimiento puro. Una vez que estés conectado a tu conocimiento interno, ningún intento de adoctrinamiento puede tener éxito porque puedes “ver” con claridad, incluso cuando la verdad está siendo ocultada.
• Limita las grasas, come carbohidratos saludables en cantidades óptimas — Cuando tu ingesta de grasa excede aproximadamente el 35% de tus calorías diarias, tu cuerpo entra en metabolismo de grasa, lo que reduce la eficiencia mitocondrial en un 25% a 50%. Comer cantidades óptimas de carbohidratos saludables, como frutas, miel cruda y almidones como arroz blanco, ayudará a optimizar tu metabolismo de glucosa mitocondrial, resultando en una mayor producción de energía.
La paradoja aquí es que necesitas una buena salud intestinal para beneficiarte de una dieta óptima. Si tu salud intestinal está comprometida, comer frutas fibrosas y almidones solo alimentará las bacterias patógenas en tu intestino. Por lo tanto, si tu salud intestinal no es óptima, comienza eliminando la mayor cantidad posible de LA (uno de los principales destructores de la producción de energía celular) e introduce los carbohidratos saludables lentamente, comenzando con jugos de frutas.
El metabolismo de la glucosa también aumenta la producción de agua estructurada (agua desprovista de deuterio) dentro de las mitocondrias y disminuye la producción de especies reactivas de oxígeno (ROS), mejorando la función mitocondrial en general.
• Considera suplementos para un metabolismo saludable — La niacinamida, también conocida como nicotinamida (una forma de vitamina B3), es esencial para un metabolismo saludable, la función mitocondrial y la producción de energía celular. Para un apoyo general, recomiendo tomar 50 miligramos tres veces al día.
La niacinamida también puede ser útil en el tratamiento temprano del Alzheimer, especialmente cuando se combina con azul de metileno, ya que funcionan de manera sinérgica. El azul de metileno por sí solo también ha mostrado promesas en la inhibición de la progresión del Alzheimer.
También puedes considerar el uso de nootrópicos para la mejora cognitiva y la neuroprotección. Para obtener más información sobre los nootrópicos, consulta mi artículo “5 Hierbas Nootrópicas Potentes para Potenciar la Memoria y la Concentración”.
• Reduce tus niveles de serotonina — A menudo se confunde como la “hormona feliz”, la serotonina en realidad actúa como un antimetabolito, deteriorando la producción de energía mitocondrial, lo que puede provocar fatiga y un metabolismo más lento. Estudios también han relacionado los niveles elevados de serotonina con la demencia.
Una forma de reducir tu serotonina es aumentar el GABA, que está disponible como suplemento, ya que el GABA aumenta la tasa de degradación de la serotonina. Las personas con niveles altos de GABA suelen tener poca serotonina, y viceversa.
Las personas con alto GABA/baja serotonina suelen ser calmadas y sociables, mientras que la deficiencia de GABA y la serotonina elevada se asocian con ansiedad, miedo, depresión, mal genio, fobias, impulsividad y desorganización.
Otra estrategia importante es abordar tu salud intestinal. Cuando los carbohidratos complejos que no se digieren en tu estómago viajan hacia tu intestino, terminan alimentando a las bacterias gramnegativas que producen endotoxina, también conocida como LPS (lipopolisacárido).
• Mantén bajos los niveles de estrógeno — Al igual que la serotonina, el estrógeno también es antimetabólico e inhibirá la producción de energía. Puedes encontrar consejos para ayudar a reducir tu carga de estrógeno aquí.