La policía de Barcelona ha realizado 16 arrestos como parte de una investigación de dos años sobre miembros de una repugnante banda de abuso sexual infantil que tenía como objetivo a menores de tan solo 12 años.
Las investigaciones comenzaron después de una denuncia presentada por una niña de 12 años que afirmaba que ella, junto con otros menores, había sido agredida sexualmente por el principal sospechoso en un piso en Ciutat Vella, ubicado en el corazón de Barcelona.
Tras el arresto del principal sospechoso, los agentes de los Mossos d’Esquadra descubrieron una sofisticada red de abuso sexual infantil que reclutaba menores a través de redes sociales y aplicaciones de citas como Tinder antes de obligarlos a prostituirse para producir pornografía infantil.
Los investigadores encontraron más de 250 videos de agresiones sexuales -al menos 38 de los cuales fueron cometidos por el líder de la banda- contra 25 niños y niñas, 11 de los cuales han sido identificados por la policía, datando entre 2016 y 2022.
Las víctimas tenían entre 12 y 17 años.
Los menores fueron seleccionados en un piso en el popular distrito de Ciutat Vella de Barcelona. Crédito: Cordon Press
La policía también descubrió más de 120 conversaciones que contenían contenido pedófilo “con relevancia policial”, incluido el intercambio de videos explícitos y referencias a la agresión sexual de menores.
Las conversaciones eran entre el principal sospechoso, nacido en Valencia y que trabajaba como electricista, y otros hombres a quienes conocía en redes sociales y a quienes les ofrecía menores y material pedófilo a cambio de dinero.
Los hombres podían ingresar al piso a través de un código externo, similar a los que comúnmente se utilizan en apartamentos turísticos.
Los investigadores han dicho que la investigación fue “complicada” ya que los menores, algunos de los cuales eran considerados psicológicamente vulnerables, recibían drogas, dinero y otros objetos de valor a cambio de sexo.
En una conferencia de prensa el viernes, el investigador de los Mossos, Josep Antoni López Garzón, dijo: “Los perpetradores sabían que sus víctimas eran menores de edad. No hay posibilidad aquí de ‘estaba confundido’ o ‘pensé que eran adultos'”.