La oposición de centro-derecha de Groenlandia ha ganado las elecciones generales, muestran resultados casi completos, en una votación dominada por la promesa del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de tomar el control del territorio autónomo de Dinamarca. Con más del 90% de los votos contados el martes, el partido Demokraatit -que favorece un enfoque gradual hacia la independencia- está obteniendo cerca del 30% de los votos, según funcionarios electorales. Naleraq, otro partido de oposición que quiere iniciar inmediatamente los procedimientos de divorcio de Copenhague y tener lazos más estrechos con Estados Unidos, está en segundo lugar con aproximadamente el 25%. El primer ministro Mute B Egede del Inuit Ataqatigiit (IA) -también un partido proindependencia- está en tercer lugar con más del 21%. Groenlandia -la isla más grande del mundo, entre los océanos Ártico y Atlántico- ha sido controlada por Dinamarca, a casi 3.000 km de distancia, durante unos 300 años. Groenlandia gobierna sus propios asuntos internos, pero las decisiones sobre política exterior y de defensa se toman en Copenhague. Unos 44.000 groenlandeses de una población de 57.000 eran elegibles para emitir sus votos para elegir a 31 diputados, así como al gobierno local. Seis partidos estaban en la papeleta. El partido Siumut -socio de Egede en una coalición de gobierno de izquierda actual- está en cuarto lugar con casi el 15% de los votos. Los otros dos partidos están muy rezagados, con Atassut con el 7% y Qulleq con poco más del 1%. La votación tuvo lugar en 72 centros de votación repartidos por toda la vasta isla. La ubicación estratégica de Groenlandia y sus recursos minerales sin explotar han llamado la atención de Trump. Él lanzó por primera vez la idea de comprar la isla durante su primer mandato en 2019. Desde que asumió nuevamente el cargo en enero, Trump ha reiterado su intención de adquirir el territorio. “Necesitamos Groenlandia para la seguridad nacional. De una forma u otra lo conseguiremos”, dijo durante su discurso ante el Congreso de Estados Unidos la semana pasada. Los líderes de Groenlandia y Dinamarca han rechazado repetidamente sus demandas. Egede ha dejado claro que Groenlandia no está en venta y merece ser “tratada con respeto”.
