La Organización de las Naciones Unidas anunció el lunes que suspendería todas las operaciones humanitarias en una gran área controlada por los hutíes en el norte de Yemen en respuesta a la detención arbitraria de su personal, lo que, según dijo, creó condiciones hostiles para el trabajo de ayuda.
El secretario general de la ONU, António Guterres, tomó la decisión porque los hutíes detuvieron a otros ocho miembros del personal de la ONU a fines de enero, lo que elevó el total arrestado desde 2021 a 24, dijo Farhan Haq, portavoz de la ONU.
El Sr. Haq dijo que los hutíes habían violado un acuerdo alcanzado en diciembre con la ONU para dejar de detener al personal de la agencia global y encontrar un camino para liberar a los que están bajo su custodia. Menos de un mes después, el grupo arrestó a otros ocho trabajadores por cargos oscuros de espionaje e injerencia extranjera.
“Esta medida extraordinaria y temporal busca equilibrar la necesidad de permanecer y ofrecer ayuda con la necesidad de garantizar la seguridad y protección del personal de la ONU y sus socios”, dijo la ONU en un comunicado.
La ONU también dijo que había detenido todos los viajes de personal a las áreas controladas por los hutíes después de las detenciones.
Los hutíes, los gobernantes de facto de partes de Yemen, incluida la capital, Saná, cuentan con el respaldo de Irán. Han estado llevando a cabo una campaña de secuestros y detenciones de cientos de personas que trabajan para la ONU y agencias no gubernamentales extranjeras, junto con decenas de yemeníes actuales y antiguos empleados del gobierno de Estados Unidos, según la ONU.
La ONU no aclaró cuántos yemeníes se vieron afectados por la suspensión de su operación de ayuda humanitaria, que incluía la provisión de alimentos, agua potable y kits médicos. Pero la ONU identifica a Yemen como la crisis humanitaria más grande del mundo, con el 80 por ciento de sus 24,1 millones de habitantes necesitando ayuda esencial y tres millones desplazados.
Saada, el área donde la ONU suspendió las operaciones, está al norte de Saná y tiene una población de aproximadamente un millón de personas. Varias agencias de la ONU operan en Saada, incluido el Programa Mundial de Alimentos, la Organización Mundial de la Salud, UNICEF y otros grupos de ayuda.
El Sr. Haq, portavoz de la ONU, dijo que la decisión de detener las operaciones no fue fácil y se debatió intensamente dentro de la organización. “Esto no es un procedimiento normal o algo que hagamos con frecuencia”, dijo, añadiendo que la decisión reflejaba la gravedad de las preocupaciones de seguridad para las operaciones de la ONU en Yemen.
La ONU opera en zonas de guerra en todo el mundo, incluidos Gaza, Myanmar, Sudán y Ucrania, y su personal enfrenta altos riesgos y presiones, pero rara vez cierra sus operaciones. En la guerra en Gaza, por ejemplo, la ONU ha dicho que casi 300 de sus miembros del personal han muerto en la guerra entre Israel y Hamas en Gaza, la mayor cantidad de empleados de la ONU muertos en cualquier conflicto, pero el trabajo continuó.
El Sr. Haq dijo que los miembros del personal de la ONU tienen inmunidad diplomática y deben ser protegidos. La esperanza era, agregó, que una pausa en las operaciones en Yemen brindara espacio para negociaciones con los hutíes para garantizar condiciones seguras para que la ONU reanude su trabajo.