La división española de la empresa alemana Playmobil, con sede en la localidad alicantina de Onil, tuvo una facturación un 25% menor en su último ejercicio financiero de 2022/2023. Pasó de 54,5 millones de euros en el año anterior a 40,7 millones. La razón principal de este declive, según la empresa, fue una “considerable disminución” en el mercado nacional con una reducción de las ventas del 33,2%. “La empresa y el sector del juguete han tenido que hacer frente a un aumento considerable de costes que se han trasladado parcialmente al cliente”, explican.
En 2024, la empresa anunció que mantendría la distribución logística para España y Portugal y los departamentos de marketing y ventas en Onil, tras el cierre de la actividad productiva. La producción cesó en septiembre de 2023, aunque la actividad en el resto de los departamentos continuó, aunque en abril de este año se llevó a cabo un plan de despido para 13 empleados, a los que se sumaron los 26 que se marcharon en mayo de 2023.
La producción de la división española cesó en septiembre del año pasado y las instalaciones de la empresa en Onil se quedaron solo con la distribución logística para España y Portugal y las áreas de marketing y ventas. En 2024, la empresa Playmobil tiene la intención de continuar con estos departamentos en Onil, que actualmente emplean a 20 trabajadores.
Desde 2022, el sector del juguete en el país ha aumentado un 0,4% en valor y unidades vendidas, aunque cayó un 1,2% en comparación con el año anterior. En general, el sector del juguete estaba un 1,1% por debajo de las cifras previas a la pandemia. El aumento promedio de precios fue del 5,4%.
Además, en 2023 preveían un mayor auge económico que impulsaría el crecimiento de las ventas, pero esperaban que “la compra de juguetes tenga una baja prioridad para los consumidores”. Además, señalaron una baja tasa de natalidad en España que afecta a la compra de juguetes. Ya en 2023, según su informe, estaban preocupados por “el hecho de que Playmobil Ibérica también se dedique a la producción” porque “representa una diversificación del riesgo que añade aspectos positivos a las previsiones, pero las ventas están disminuyendo en todos los mercados del grupo”.
Además, los mayoristas y minoristas continuaron experimentando problemas financieros y de ventas en 2023. De hecho, según el informe financiero, “muchos clientes se quedaron con mucho stock que no pudieron vender durante la campaña de Navidad, lo que en algunos casos significó que no pudieron realizar nuevos pedidos”.