La industria turística global pide el fin de las protestas contra el turismo.

El Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC) considera que las autoridades locales deberían ser las encargadas de involucrar a los residentes para garantizar la convivencia con los turistas y prevenir el creciente rechazo social al turismo de masas, un sentimiento en aumento en muchas partes de España como Mallorca y en las Islas Baleares. “No podemos poner en riesgo el 15% que el turismo aporta a la economía española debido al descontento social”, afirmó Virginia Messina, vicepresidenta senior del WTTC, una organización que intenta representar a empresas privadas del sector en todo el mundo.

Ante la previsión de un año récord en el mundo y en España, una potencia turística mundial, el WTTC ve la necesidad de políticas de “gestión de flujos” para garantizar que los viajeros tengan la mejor experiencia posible, “sin afectar la vida de los residentes locales”. Aboga por políticas que ayuden a desviar la atención a lugares menos concurridos, gestionar los flujos utilizando la información que se puede proporcionar, por ejemplo, mediante el uso de tarjetas bancarias, para reducir la estacionalidad y agrupar las mayores afluencias en franjas horarias menos inconvenientes para los residentes, como la primera hora de la mañana.

También apoya la regulación del alojamiento turístico – teniendo en cuenta que ayuda a desviar flujos y por lo tanto descongestionar ciertas áreas – y la introducción de impuestos por turista recibido, siempre que los ingresos se inviertan en mejorar la infraestructura turística del destino. “La comunidad local debe sentir que tiene voz, ser empoderada y ser consciente de la contribución que el turismo hace a sus economías”, afirmó Messina, añadiendo que esto es algo que “ha faltado” en Barcelona.

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Messina calificó de “extremadamente desafortunado” lo ocurrido en Barcelona el 6 de julio, cuando un grupo de manifestantes contra el turismo de masas utilizó pistolas de agua contra varios visitantes de la ciudad, y las imágenes se volvieron virales en todo el mundo en relación con la palabra ‘turismofobia’. “Estamos completamente en contra de este tipo de manifestaciones contra los turistas porque, por supuesto, al final quieren disfrutar, aprender, entender otros lugares”.

Es un fenómeno que “no estamos viendo tanto en otras partes del mundo como en Europa”, aunque antes de la pandemia hubo “algunos brotes” en Asia y América Latina, dijo.

Además de Barcelona, en las últimas semanas se han producido manifestaciones contra la masificación turística en ciudades costeras españolas como Málaga y Cádiz, en el sur, y en las Islas Baleares. La proliferación de viviendas turísticas propiedad de particulares, que así obtienen una mayor rentabilidad, ha hecho subir los precios tradicionales de alquiler y ha causado problemas de convivencia para los residentes, como ruido y basura, en los barrios más frecuentados por los visitantes.