La industria del turismo amenaza con acciones legales.

En una reunión el martes en Palma, la Federación Hotelera de Mallorca y la asociación de agencias de viaje Aviba respaldaron un llamamiento a nivel nacional para llevar al Ministerio del Interior de España a los tribunales si no se realizan cambios en el controvertido sistema de registro de viajeros. La industria turística considera que el sistema de registro, en vigor desde el 2 de diciembre, será “muy perjudicial”.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, anunció un período de consulta que está previsto que finalice el viernes (13 de diciembre). La esperanza expresada por el presidente de Aviba, Pedro Fiol, es que le siga una orden ministerial y corrija los “errores” del sistema de registro.

“Si no lo hace, no tendremos más remedio que recurrir a la acción legal.” Fiol insistió en que esta orden debe cumplir con las solicitudes legítimas de la industria turística, y subrayó que su asociación actuará si incluso uno de sus miembros es sancionado.

El ministerio ha argumentado que se necesitaban nuevas regulaciones para actualizar las existentes “obsoletas e inútiles” que datan de 1959. El terrorismo y el crimen organizado son las preocupaciones del ministerio, pero la confederación nacional de asociaciones hoteleras CEHAT argumenta que “los verdaderos criminales” siempre encontrarán una manera.

El presidente, Jorge Marichal, dice: “Los hoteles no son comisarías. Las recepciones no son puestos fronterizos. Y los recepcionistas no deberían ser interrogadores entrenados en los servicios secretos.”

En cuanto a los datos que se almacenarán, Marichal pregunta: “¿Qué podría salir mal con tres años de datos almacenados? Los hackers en cada rincón del planeta pensarán: ‘Vaya, esto es un buffet libre’. ¿Es esta la seguridad que nos están prometiendo?”

LEAR  Ver: Cabras invaden pueblos en España en busca de comida y agua - mientras los lugareños exigen medidas para abordar el creciente problema.

Marichal advierte que los aeropuertos y las recepciones se verán desbordados y que los turistas “en lugar de recordar a España como el país del sol, la alegría, la gastronomía y la cultura, la recordarán como el reino del formulario”.