La Guardia Civil continúa la investigación sobre el fatal accidente de yate en Mallorca.

La Policía Judicial de la Guardia Civil ha comenzado a tomar declaraciones a testigos relacionados con el accidente en Cala Bona, en Son Servera. La investigación sobre la tragedia marítima que ocurrió el pasado viernes por la noche está tratando de aclarar si el propietario del yate, de nacionalidad alemana, no se dio cuenta de que había pasado por encima del barco en el que murió el joven Guillem Comamala.

Todas las personas involucradas en el incidente están haciendo declaraciones en la comisaría mientras otros agentes responsables del caso continúan analizando las imágenes de video proporcionadas para el caso.
A medida que pasan las horas, nueva información está saliendo a la luz. El incidente ocurrió a las 9:20 p.m., muy cerca del puerto.

El barco, que ondeaba la bandera alemana y tenía un valor de poco más de 4.5 millones de euros, que no se detuvo en el lugar del accidente fatal, fue localizado el sábado en su amarre en Porto Cristo. Ese mismo día se iniciaron las tareas de análisis con el objetivo de recopilar los datos técnicos del barco y su geolocalización para averiguar la posición exacta del barco y cuántas personas iban a bordo.
El yate que pasó por encima del pequeño barco impactó en el motor causando lesiones mortales a uno de los ocupantes, un joven de edad que iba acompañado de su tío y otro familiar más joven, de 13 años.

La persona fallecida estaba sentada junto al motor y recibió un impacto directo, mientras que sus dos compañeros resultaron ilesos, aunque necesitaron la atención de psicólogos de emergencia después de presenciar la tragedia. Otro detalle importante que ha surgido de la investigación es que el pequeño barco sí tenía sus luces encendidas y sus ocupantes fueron ayudados por otros barcos en la zona. Los tres ocupantes estaban pescando en un pequeño bote de 3,35 metros de largo.

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