La gran imagen: ¿el sueño de todo chocohólico? | Fotografía

La fotógrafa estadounidense Irene Poon creció en el Barrio Chino de San Francisco, donde su padre tenía una tienda de medicina herbal tradicional. Graduada de la escuela de arte en 1967, su trabajo se centró en las personas y la comunidad entre las que vivía, capturando pequeños momentos de intimidad y sorpresa, contando sus historias desde adentro. Poon tomó esta foto de su hermana Virginia en 1965 en una tienda de golosinas en el distrito. La composición parece sacada directamente de imaginaciones febriles de la infancia, ciertamente, rara vez las barras de chocolate han sido presentadas de una manera más alarmante.

Poon, ahora con 83 años, trabajó como curadora e historiadora del arte en el departamento de arte de la Universidad Estatal de San Francisco durante 45 años, ayudando a construir su colección de 300,000 imágenes almacenadas en diapositivas, y creando múltiples exposiciones, incluyendo muestras destacadas sobre el asentamiento del oeste americano y el papel desempeñado por las comunidades asiáticas en la fiebre del oro y más allá. En 2001 publicó una guía importante sobre 25 artistas asiáticoamericanos formativos que habían inspirado su fotografía, reconociendo a varios por primera vez en la impresión. Junto a su trabajo diario, Poon siguió realizando su propia obra, continuando documentando y reimaginando los rostros cambiantes del Barrio Chino a lo largo de las décadas; esos retratos, como aquí, a menudo emergen de interiores dramáticamente sombreados.

Esta imagen está incluida en un nuevo y amplio proyecto en el Rijksmuseum de Ámsterdam, que se inaugura en febrero y promete ser “la primera encuesta exhaustiva de la fotografía estadounidense en Europa”. La exposición y el libro acompañante incluirán el trabajo de luminarias como Robert Frank, Nan Goldin, Andy Warhol y Diane Arbus, junto con cientos de otras expresiones del arte más democrático desde el siglo XIX hasta la actualidad. Es seguro decir que, dentro de ese catálogo de imágenes, ninguna otra tienda de golosinas tendrá la resonancia de la descubierta por Irene Poon.

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