El presidente Trump lanzó un amplio ataque a la industria eólica en los Estados Unidos, con una orden ejecutiva que podría bloquear no solo nuevos parques eólicos marinos en el Atlántico y el Pacífico, sino también muchos parques eólicos más pequeños en terrenos federales e incluso en propiedades privadas en todo el país. La orden, que el Sr. Trump firmó en la Oficina Oval el lunes por la noche, detendría todos los arrendamientos de tierras y aguas federales para nuevos parques eólicos pendientes de una nueva revisión gubernamental de la industria. También ordena a las agencias federales dejar de emitir permisos para todos los parques eólicos en cualquier lugar del país por el momento, lo que podría interrumpir proyectos en terrenos privados, que a veces necesitan permisos federales de vida silvestre u otros permisos ambientales. Aunque la orden no llama a una congelación de proyectos eólicos que ya están en construcción, el Sr. Trump instruyó al Fiscal General de los Estados Unidos y al secretario del interior a explorar la posibilidad de “terminar o enmendar” cualquier arrendamiento que ya haya sido emitido. Eso significa que los proyectos que ya han recibido aprobaciones federales podrían enfrentar nuevos obstáculos. En conjunto, los movimientos podrían resultar paralizantes para la industria eólica de Estados Unidos, que proporciona el 10 por ciento de la electricidad del país y es una fuente importante de energía en estados liderados por republicanos como Iowa, Oklahoma y Texas. La industria eólica actualmente tiene casi 40 gigavatios en proyectos en desarrollo, suficiente para abastecer a decenas de millones de hogares, en el Océano Atlántico y en estados como Wyoming, Montana y Dakota del Norte.
