La encantadora capital del vino presume de bares de tapas incomparables y es la ciudad más subestimada de España, según la revista Time Out.

Según la revista Time Out, la ciudad más subestimada de España es una encantadora capital del vino con bares de tapas inigualables escondidos en el norte del país.

Puede que pienses que España no tiene más joyas ocultas por descubrir.

A medida que el sentimiento anti-turismo se extiende por el país, se podría perdonar pensar que cada rincón está infectado de turistas.

Sin embargo, todavía hay tesoros por descubrir esperando ser encontrados, y uno de ellos es Logroño.

La revista de viajes celebrada, Time Out, seleccionó recientemente la capital de La Rioja como la ciudad más subestimada de España gracias a sus numerosos bares, bodegas y monumentos.

Si el nombre te resulta familiar, probablemente sea porque pasas cada fin de semana con una copa de vino riojano en la mano.

Aquí, la cultura del vino es fuerte, siendo la denominación de origen (DOCa Rioja) más antigua y prestigiosa de España.

Situada en el río Ebro, la ciudad es un punto clave en el Camino de Santiago y fue una de las primeras ciudades comerciales de España.

La región ha experimentado grandes cambios en los últimos años con servicios e infraestructuras modernas para atraer al visitante del siglo XXI, aunque su casco antiguo aún conserva un encanto histórico.

Cualquier turista en Logroño debe visitar la Calle Laurel, la calle más popular de la ciudad.

Sus 300 metros albergan más de 80 restaurantes, cafeterías y bares, dándote un verdadero sabor de La Rioja.

La región es conocida por su carácter cálido y alegre, por lo que serás recibido con los brazos abiertos.

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Aquí, los platos se basan en productos locales de calidad y en cocina de temporada, así que prueba una variedad de ‘pinchos’ (tapas en pan) que incluyen: champiñones a la parrilla, piruletas de solomillo, huevos, oreja de cerdo picante, o zorropito de lomo para tener una buena idea de la gastronomía.

Cualquier comida riojana debe ir acompañada de una gran copa de vino local, cuya historia se remonta a tiempos romanos.

Durante la Edad Media, el vino de Rioja ganó popularidad y se convirtió en uno de los vinos más buscados en Europa, convirtiéndose en una importante fuente de riqueza para la región.

Una buena manera de explorar Logroño es simplemente paseando por sus encantadoras calles, conociendo a los lugareños y descubriendo enclaves históricos.

Visitas obligadas incluyen: la catedral de Santa María de La Redonda, el convento de La Merced, la iglesia de Santiago El Real o la iglesia de Santa María de Palacio.